31 de diciembre de 2007

Mis listas del 2007

Mejores películas del año:
1 American Gangster
2 El ultimátum de Bourne
3 Diamante de sangre
4 REC
5 Soy leyenda
6 Apocalypto
7 28 semanas después
8 Más extraño que la ficción
9 2 días en París
10 Juegos secretos
11 Promesas del este
12 Zodiac
13 Un funeral de muerte
14 Death Proof
15 Redacted

Peores películas del año:
1 La fuente de la vida
2 Inland Empire
3 La ciencia del sueño
4 Hannibal, el origen del mal
5 El buen pastor

Mejores series del año:
1 Los Soprano
2 Dexter
3 Lost
4 Studio 60
5 24

Mejores discos del año:
1 Nine Inch Nails
2 The 1990's
3 Arcade Fire
4 Black Rebel Motorcycle Club
5 Wilco
6 Devendra Banhart
7 The Hives
8 Grinderman
9 Radiohead
10 Heavy Trash
11 Mika
12 LCD Soundsystem
13 Kaiser Chiefs
14 Manic Street Preachers
15 Arctic Monkeys
16 Eddie Vedder
17 Ben Harper
18 The Answer
19 Foo Fighters
20 Xavier Rudd

Peores discos del año:
1 Korn
2 Duran Duran
3 Good Charlotte
4 Klaxons
5 Air

Mejor concierto:
Heavy Trash (Sidecar)

29 de diciembre de 2007

Inocentes...


Muchos, que ya me conocen bien, han pillado a la primera que, evidentemente, era una inocentada... Sin embargo, me congratulo este año por haber enganchado a dos amigos que se han tragado a pies juntillas semejante barbaridad...Y es que todavía hay mucho inocente suelto...

28 de diciembre de 2007

Cambio de rumbo


Después de meditarlo mucho estos últimos días, he llegado a la conclusión de que mi vida necesita un cambio radical. Y qué mejor que probar con un trabajo totalmente diferente, en la administración pública. Pese a la sorpresa de muchos, supongo, he decidido presentarme a las próximas oposiciones para Mosso d'Esquadra. Ya sé que los he criticado bastante desde este blog, pero en el fondo los admiraba. Intentaré, en el caso de que me acepten, ser digno del cuerpo y no caer en la tentación fácil de la tortura sistemática ni de los malos tratos. Lo que me hace más ilusión es llevar una pipa, y no dudaré en utilizarla si fuera necesario (aunque tenga que cargarme a algún animal o persona inestable si se tercia). En definitiva, creo que estoy preparado para ser un excelente policía y hacer cumplir la ley a rajatabla. Incluso, una vez dentro, me gustaría formar parte de asuntos internos, para depurar el cuerpo al máximo. Os seguiré informando del estado de la cuestión en próximos posts. De momento, me pongo a ensayar el psicotécnico, que dicen que es jodido de verdad... Deseadme suerte.

27 de diciembre de 2007

"Scrubs", un sensacional descubrimiento


Más vale tarde que nunca, y muy recientemente acabo de descubrir "Scrubs", una excelente comedia sobre médicos de la NBC ("The Office", "Me llamo Earl", "Heroes", "Studio 60") que lleva ya la friolera de siete temporadas en antena en norteamérica. Cada una consta de 24 capítulos, pero por suerte estos apenas sobrepasan los veinte minutos, por lo que me podré poner al día rápidamente. Su protagonista es un joven médico, John Dorian (genial Zack Braff), que empieza su residencia en el hospital Sacred Heart. Allí tendrá que lidiar con todo tipo de pintorescos pacientes, además de coincidir con su mejor amigo, el cirujano Turk y su novia la enfermera Carla, enamorarse de la atractiva doctora Elliot Reid, aguantar al odioso doctor Kelso, vérselas con un siniestro encargado de mantenimiento y simpatizar con el sarcástico doctor Cox (un precedente de House no tan fiero). "Scrubs" es básicamente una comedia con divertidísimos toques surrealistas (que en ocasiones recuerdan a la impagable "L'imperdible Parker Lewis") cuando el narrador (el propio Braff) imagina o piensa lo contrario de lo que sale por su boca. También tiene algún ligero matiz dramático (no olvidemos que en un hospital también se mueren los pacientes) y una pizca de romance, comme il faut. Actualmente la dan al mediodía en Cuatro y no tiene desperdicio.

26 de diciembre de 2007

Definiciones (de la Real Academia Española)

Idealizar: Elevar las cosas sobre la realidad sensible por medio de la inteligencia o la fantasía.

Obsesión: Perturbación anímica producida por una idea fija.Idea que con tenaz persistencia asalta la mente.

Frustración: Acción y efecto de privar a alguien de lo que esperaba.

Amor: Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.

Reciprocidad: Correspondencia mutua de una persona o cosa con otra.

21 de diciembre de 2007

La cuenta atrás hasta el 31 de enero...


La lástima es que la cuarta temporada de "Perdidos" tendrá solo 8 episodios por la maldita huelga de guionistas...

20 de diciembre de 2007

La obra maestra de Ridley Scott


Y seguramente la mejor película del año, pese a estrenarse el próximo 28 de diciembre. "American Gangster" es la redención absoluta de Ridley Scott, y una obra que vuelve a situarlo entre los más grandes. Con una duración de dos horas y media, esta historia basada en un hecho real enfrenta a dos personajes antológicos y antitéticos. Por una parte, el capo mafioso Frank Lukas (sobresaliente Denzel Washington, en un registro con muchos matices), que se hizo de oro en el Nueva York de los años 70 gracias al tráfico de heroína y a su astucia para los negocios (eliminar los intermediarios, comprar directamente de la fuente original y por consiguiente vender un mejor producto y más barato), y por otra a Richie Roberts (también notable Russell Crowe), un insobornable policía que intentará descubrir quien maneja los hilos del narcotráfico y a la vez luchar contra el enorme entramado de corrupción policial en este mismo sector. Dos personajes que se rigen por unas reglas morales muy estrictas (pese a que a Lukas no le tiemble el pulso cuando ha de matar a alguien) y que pueden considerarse el reverso de una misma moneda.
Se agradece enormemente que el film no pierda tiempo en recrear el pasado de Lukas, y que entre directo al grano. Tanto la ambientación de dicha época como el guión, la música y las interpretaciones son de Oscar. Y como ya avancé al visionar "Infiltrados" el año pasado, me huelo que a esta cinta le van a caer muchas estatuillas. Brillante, muy brillante.
PD: Sus carteles tampoco tienen desperdicio. Adjunto ambos.

Un anuncio con trampa

"La clave reserva", el anuncio de Freixenet de este año, no es un anuncio propiamente dicho, sino un magnífico cortometraje dirigido por Martin Scorsese, y que solo se puede ver en cines o en internet (ya sea en la web de Freixenet, en Youtube o en este mismo blog). Lo que pasan por la tele es simplemente el spot del spot, y valga la redundancia...
Este corto es un homenaje a Hitchcock, y la recreación que hace de buena parte de su filmografía el bueno de Marty bien vale la pena.
La estrategia de Freixenet creo que es buena, al menos supone un cambio radical en sus lamentables anuncios de estrellas en decadencia sin glamour... Y eso ya es mucho.

18 de diciembre de 2007

"La batalla de Hadiza", demoledora


Era necesaria una película como "La batalla de Hadiza". Al lado de ésta, los soldados norteamericanos de la notable "Redacted" de Brian de Palma parecen hermanitos de la caridad. Porque este film dirigido por el británico Nick Broomfield muestra la cara más sombría de los marines estadounidenses. Unos chavales descerebrados, que parece que solo escuchan música trash metal (suena "Lies" de Ministry, en eso tienen buen gusto), y de gatillo muy fácil, es decir de los de "mejor disparar, y luego si acaso preguntar".
El film recoge una historia verdadera, de la que apenas se hizo eco la prensa (habrán muchas más similares, imagino), en las que unos marines masacraron a 24 civiles iraquíes (la mayoría mujeres y niños), tras el ataque a su blindado con una bomba que mató a un soldado de sus tropas (e hirió a otro par).
Rodado con un estilo documental de lo más realista (y estremecedor), Broomfield optó por verdaderos ex-soldados para dar mayor veracidad al relato. Según su punto de vista no excusa su comportamiento, pero lo deja en evidencia. Porque por mucho que la situación sea tensa, no es de recibo lo que hicieron estos soldados.
Lo peor de todo es que los mandos superiores apoyaron la sangrienta operación, aludiendo que se trataba de un "procedimiento estándar", para, una vez destapado el escándalo por un medio de comunicación, iniciar una investigación y dejar a sus fieles soldaditos en la estacada (ergo, la responsabilidad tendría que haber recaído también en ellos).
Incluso se apuntan dos arrepentimientos: los del propio cabo que ordena la incursión, que se arrepiente de las muertes causadas y tiene pesadillas; y los de uno de los artífices del atentado contra los americanos, al descubrir que por esta razón se produce una masacre totalmente injustificada...
Y tampoco falta la figura del dirigente de Al Qaeda que se alimenta del odio creado, y se congratula por haber creado a nuevos mártires inocentes que den sentido a seguir luchando contra el "invasor" norteamericano.
O sea, la espiral de violencia es un pez que se muerde la cola: un atentado contra los marines provoca una matanza indiscriminada por parte de estos, que a su vez da alas al terrorismo islámico para justificarse y seguir poniendo bombas contra los yankees...
Y, como en "Redacted", deja en evidencia la información de guerra tan lamentable que proporcionan la casi totalidad de medios occidentales: es decir, exclusivamente la versión oficial (y casi siempre falsa) que da el ejército norteamericano.
Es muy posible que esta cinta pase desapercibida, pero en mi opinión, se tendría que exhibir en colegios de todo el mundo, y someterla a debate.

"Heroes" se redime


La segunda temporada de "Heroes" empezó tan mal como acabó la precedente. Pero, después de tres capítulos sin demasiado interés, la serie creada por Tim Kring empezó a mejorar, a volverse de nuevo atractiva, y, me atrevería incluso a afirmar, a superar a su debut.
Y es que los once primeros capítulos en que se ha dividido esta temporada (en parte por la huelga de guionistas de Hollywood, que nos traerá por el camino de la amargura) tienen mucho más ritmo que la farragosa primera temporada, donde a partir del capítulo 14 la trama se vuelve de lo más tediosa y confusa. Ahora pasa justamente lo contrario: conforme van cayendo los capítulos, se van ligando cabos de manera mucho más efectiva, hasta llegar a una conclusión bastante más digna que su lamentable final de la primera temporada. Recomiendo encarecidamente pues su visionado. Y me encantan nuevos personajes como la negrita que imita todo lo que ve en la tele, o la mexicana a la que le sangran los ojos cual virgen de los milagros (pero con letales consecuencias). Mientras que Hiro Nakamura sigue igual o más entrañable que siempre. Y de Sylar mejor me callo...

"Soy leyenda", de lo mejor del año


El pasado miércoles tuve la ocasión de acudir al pase de prensa de "Soy leyenda", que se estrena mañana en España. El nuevo film de Will Smith (actor por el que no siento especial devoción) es de lo mejorcito que ha dado este año en ciencia ficción. Basado en el cómic homónimo de Richard Matheson, esta película es un remake de otra cinta de los años 70 protagonizada por Charlton Heston, que a su vez es una versión de otra más antigua con Vincent Price. No he visto estas dos últimas, pero puedo asegurar que la de 2007 es cuanto menos impresionante. Su diseño de producción, con ese Manhattan desolado (nada que ver con el cutrerío camp de "El sonido del trueno", protagonizado por Ed Burns), es para quitarse el sombrero. Y lo mejor de todo es que Will Smith, como único protagonista de la función (dejando de lado a un precioso pastor alemán), realiza una notable actuación, en ningún momento cansina y siempre seria. La historia, simple: Smith es el único superviviente de un Nueva York diezmado por un virus que ha matado el 90% de la población. El resto han mutado en vampiros. Y nuestro héroe, además de intentar buscar a otros supervivientes, se dedicará a intentar crear una cura para revertir los efectos del letal virus, mientras que trata de defenderse de los ataques de los chupasangres. Acción inteligente pues, en una historia que supera a otra pequeña obra maestra del género, "28 semanas después". Y lógicamente, también se convertirá en un rompetaquillas. Pero de qualité, oigan. Y a mucha honra.

15 de diciembre de 2007

Hank Moody, mi nuevo héroe


O el personaje interpretado magistralmente por David Duchovny en "Californication". Hank es un escritor en crisis, alcohólico y mujeriego, que sigue enamorado de la madre de su hija adolescente. Su única ocupación es escribir en un blog sobre las cosas que detesta. Esta serie de Showtime (el canal por cable de "Dexter") es una grata revelación, y Duchovny se sale en un papel en las antípodas de su agente Mulder de "Expediente X". Voy por la mitad de sus 12 capítulos, y en breve daré buena cuenta de ella. Por cierto, que los capullos de los Red Hot Chili Peppers (esa banda que hace demasiados años fue grandiosa y que ahora es lamentable) han denunciado a los productores de la serie por usurpación del nombre (uno de sus discos se llama igual). Lo que faltaba...

14 de diciembre de 2007

Feliz Navidad

Con un par, sí señor...

11 de diciembre de 2007

Insuperable Larry David


Este fin de semana he devorado los 10 episodios de la sexta y última temporada de "Curb Your Enthusiasm (aquí retitulada "Larry David", los jueves en La Sexta de madrugada). Ya he hablado en repetidas ocasiones de las virtudes de esta genial serie, pero no puedo evitar dejar claro que ésta última entrega supera a las demás de mucho. Pese a no disponer de subtítulos (me la bajé de internet y todavía no estaban disponibles - puede que ahora sí), admito que llegué a pillar la mayoría de los demenciales diálogos entre su cínico protagonista y la familia de negros que acoge en su hogar (a raíz de perder el suyo en un huracán). Las situaciones más hilarantes están servidas de nuevo, y el descojonante slang utilizado por los Black (así es su apellido) añaden todavía más puntos al festival de risas. Y Larry David sigue metiendo la pata como de costumbre, liando la troca más si cabe...
Esta es una serie valiente, a la que no se le caen los anillos por reirse de todo quisqui, incluídos los negros, judíos, minusválidos y retrasados. Es todo lo políticament incorrecta y más que os podéis imaginar. Y solo un personaje como David, tan egoísta y a la vez tan real, la hace creíble. 1000% recomendable.

6 de diciembre de 2007

Todo lo bueno...tiene un final


Una de las mejores series dramáticas de la televisión norteamericana, "The Wire", vuelve el 6 de enero en la santa HBO con su esperadísima quinta temporada. Hasta aquí las buenas noticias. Las malas son que será su última temporada... Por cierto, el DVD de la cuarta temporada estará disponible muy pronto (un servidor la vió bajada de internet y, pese a ser notable, supone un pequeño bajón respecto a su predecesora).

5 de diciembre de 2007

Cuento de primavera

Érase una vez un ratoncito que no se encontraba en su mejor momento de forma. Pero casualmente, en una fiesta del día más literario del año, conoció a una ratita y ambos se gustaron. Empezaron a salir juntos y todo parecía ir de maravilla durante un par de meses, hasta que un buen día la ratita se plantó y le dijo unas cosas muy feas al ratoncito que se quedó echo polvo y sin ratita. Pasó el verano, y el ratoncito creía haber superado el disgusto y olvidado a la causante de su desgracia, pero volvieron a hablar e incluso se vieron en una ocasión, después de tres meses sin hacerlo. Pero al día siguiente tuvieron una nueva y absurda pelea, que desembocó en un nuevo periodo de enfurruñamiento por parte del ratoncito. Aunque, al cabo de un tiempo cautelar de semanas, parecía que el buen rollo se había vuelto a imponer entre los dos. Cuando un segundo encuentro era inminente, la ratita se sacó de la manga una excusa para no quedar con el sufrido ratoncito que éste no pudo rebatir. Al ratoncito le hacía mucha ilusión verla de nuevo, y con dicho desplante quedó tremendamente decepcionado y así se lo hizo saber a la ratita. Y ésta acabó por decirle al ratoncito que no podían ser ni amigos, y que mejor que no se viesen nunca más, con el consiguiente cabreo del ratoncito, que perdió los papeles por el disgusto.
Lo peor de todo es que todos los amigos y amigas del ratoncito ya le habían aconsejado que se olvidase de una vez por todas de la ratita. Pero el ratoncito no les hizo caso, creyendo que podría volver algún día con la ratita. Al menos ese era su deseo, pues todos los recuerdos que tenía de ella eran buenos. Pero la ratita acabó rompiéndole el corazón por primera vez en su vida, y ahora el ratoncito ha tenido que ceder a la evidencia. Si no quiere seguir sufriendo, tendrá que olvidarse de la ratita, mal que le pese. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

3 de diciembre de 2007

"Habitacion sin salida": puro panico


Sigo sin poder poner acentos en los títulos que escribo desde el mac de mi oficina (no sé si culpar al ordenador o al navegador Safari, pero lo cierto es que todo lo que rodea a mac es chungo...).
El viernes pasado por la tarde me escapé al Lauren Sant Andreu a ver "Habitación sin salida" ("Vacancy" en el inglés original). Y, dejando de lado "REC", puedo certificar que no había pasado tanto miedo en una sala desde hacía mucho. El film, que reviste un entrañable aire de serie B, está hecho con precisión milimétrica y muy mala leche. Pese a algún fallo garrafal (¿por qué los asediadores no se limitan a romper la ventana y entrar en la habitación?), esta historia de pareja en desintegración atrapada en un motel (sospechosamente parecido al de "Psicosis") y asediada por unos asesinos/cineastas de snuff movies, es tremebunda.
Consigue mantenerte en tensión desde su inicio (aunque se toma su tiempo para iniciar el pánico) hasta su un tanto atropellado final. Por tanto es una recomendación ineludible para los fans del terror de calidad.
PD Mención de honor al papel del bizarro recepcionista interpretado por Frank Whaley (foto).

30 de noviembre de 2007

Mujeres de mala vida

Hay dos clases de prostitutas. Las que lo son oficialmente, y las otras. De las primeras, nada que objetar. Cumplen con su oficio y no engañan a nadie. Todo se limita a pagar un precio establecido y entregar un servicio. Lección primera de economía.
Ahora bien, las otras son mucho peores. De manera subrepticia, esperan que el macho pague la cuenta. Y siempre se escudan en la caballerosidad de su supuesta pareja. Cuando descubren que algunos no pasan por el aro, entonces te dan puerta.
Es triste, pero he descubierto que si quieres follar, has de pagar. Ya sea de manera directa o indirecta, siempre acabas pagando. Lamentablemente, todavía quedan demasiados especímenes del segundo tipo sueltos.

29 de noviembre de 2007

El noble arte de tocarse los huevos

Una vez cerrado el número de diciembre, me encuentro en la típica semana en la que no tengo absolutamente nada que hacer. Bueno, aparte de abrir mails plastas, y recibir alguna que otra propuesta, mi tarea consiste básicamente en calentar la silla, chatear por el messenger, leer blogs y escribir en éste. Y poca cosa más. Hasta que mi jefe se digne a escuchar las propuestas.
Si a esto le sumamos una delicadísima situación financiera de mi empresa, en la que hasta mi sueldo está pendiente de un hilo, pues la cosa no es precisamente como para tirar cohetes. Y sí, podría buscar otra cosa en el mercado laboral, pero éste no está precisamente rebosante de gangas u ofertas atractivas. Por tanto, lo de siempre, a aguantar hasta tiempos mejores.

28 de noviembre de 2007

Reflexiones

Crisis laboral. Mazazo sentimental. A veces me pregunto como es que sigo en pie a estas alturas, porque razones no me faltan para largarme de este puto mundo. Mil y una vez he pensado en dejarlo todo y empezar desde 0 en otra parte, pero quizás soy demasiado perezoso o me da miedo romper con todo. Lo cierto es que no estoy pasando por mis mejores días.
Pero el espectáculo debe continuar, y como creo que los antidepresivos no sirven para nada, pues un servidor va tirando como bien puede. Pero no negaré que más de una vez he pensado que si un coche me atropellara y me enviara al otro barrio (quedarme paralítico sí que sería una putada), pues no me importaría lo más mínimo.
He pasado por una depresión peor, aquella en la que no tienes ganas de hacer absolutamente nada, y afortunadamente no es el caso ahora. Pero de no ser por los flotadores varios que comentaba en otro post, otro gallo cantaría... Es justamente en esa depresión todavía más profunda en la que ni los flotadores sirven de apoyo, y te hundes irremisiblemente. No tienes ganas de vivir. No es mi caso ahora, repito, pero tampoco me asusta la muerte. Será que mi vida en estos momentos no me llena lo suficiente como para valorarla como bien se merece... Digamos que ahora soy un veleta emocional. Tengo mis momentos buenos y mis ratos francamente malos. Como todos supongo. Que os voy a contar.

Palahniuk la vuelve a bordar


"Rant", la última novela de Chuck Palahniuk, no tiene desperdicio. Aparte de contar con una estructura inédita (es una biografía oral, es decir que recoge las declaraciones -no siempre coincidentes- de los amigos y relativos del protagonista), empieza como un clásico biopic, para convertirse, hacia la mitad, en una historia futurista y cada vez más delirante en la que se mezclan los viajes en el tiempo y las alusiones a lo divino (también presentes en otra obra de su autor, como "Asfixia").
Pero hay más paralelismos. Una parte importante de "Rant" son los "choquejuergas", una competición regulada donde los participantes tienen que chocar sus flamantes vehículos entre ellos. Esto sucede en una sociedad en crisis, dividida entre los diurnos y los nocturnos. Estos últimos, la mayoría de ellos infectados por la rabia, son la escoria de la población. Pese a todo, tienen una ventaja. No les funciona el puerto USB de su nuca, y por ello no pueden exo-cargarse experiencias irreales, que han sustituido a los libros, las películas... Por eso se consuelan participando en las "choquejuergas", que les hacen sentir vivos. Esto recuerda enormemente a los clubs de lucha de la primera novela de Palahniuk, donde se servía de tan violentas competiciones para reivindicar una salida a la estandarizada sociedad de consumo.
Por otra parte, el gusto de Palahniuk por los detalles sórdidos y retorcidos, las descripciones médico-forenses y toda la pesca, siguen intactos... Rant es el asesino y protagonista en cuestión, un chaval que se deja morder y picar por serpientes y tarántulas para conseguir prolongadas erecciones, amén de otras trastadas varias que pondrán en jaque su pequeña y rural población.
Por lo tanto no puedo dejar de recomendar su lectura, avisando eso sí a navegantes de estómagos poco curtidos de la crudeza de algunos pasajes (que pese a todo no llega al nivel de "Tripas", uno de los cuentos de su anterior novela).
Bienvenido sea de nuevo Palahniuk y su mundo enfermizo. En estos momentos estoy releyendo en castellano "Fantasmas", y posteriormente pasaré a revisar "El club de lucha" (así se tituló originalmente). En cartera me quedan unos cuantos títulos suyos, que también caerán.
Por cierto, ¿alguien se imagina de dónde sale el mote de "Rant"? La solución, escatológica por descontado, en el mismo libro...

El suero de la verdad


La Hyocine-Pentothal es una droga ficticia, usada en las temporadas 4, 5 y 6 de "24" para inflingir dolor y su objetivo es que el infeliz que la recibe acabe confesando todo lo que sabe... Se administra en jeringuilla o a través de un suero, y el encargado en hacerlo es el agente Burke.
La Hyoscine (scopalamine) y el Sodio Pentothal son dos drogas reales, utilizadas como "sueros de la verdad".
En la página oficial de 24, el apartado "Research" está compuesto por cantidad de explicaciones interesantes y reales sobre todo tipo de cosas en la que se basa esta gran serie (que ha retrasado su séptima temporada de manera indefinida por la maldita huelga de guionistas de Hollywood).

27 de noviembre de 2007

Rouse y Manson: cara y cruz



El pasado jueves y sábado fui a sendos conciertos de Marilyn Manson y Josh Rouse. Al primero ya le había visto en cuatro ocasiones anteriores, mientras que al segundo era mi primera vez.
No es ningún secreto que Bryan Warner (alias de Manson) está bastante acabado. Su último y sexto álbum no es ninguna maravilla (tampoco lo era el anterior), pero al menos quedaba la esperanza de que sus siempres efectivos directos salvaran la papeleta... Un servidor se perdió su memorable debut en la sala Bikini, pero desde entonces he acudido a todas sus citas (dos en la Vall d'Hebrón, una en el Palau d'Esports y un par más en Badalona). Y puedo certificar que en cada ocasión el reverendo provoca menos pavor, a la vez que sus shows son cada vez más cortos. Y es que no es de recibo para un fan pagar 39 euros (yo fui gratis) y volverse a casa tras una hora y cuarto escasa de actuación... De acuerdo, en esta última visita me metí más en el show debido a que el pabellón badalonense no estaba a tope, y fácilmente podías plantarte sin agobios en la parte delantera (tirando a la derecha). Pero pese a la variedad del repertorio (un poco de sus seis discos, centrándose en el más reciente) y algún efecto convincente (la plataforma que le elevaba a varios metros de altura, camuflada por humo), este Manson ya no es aquel fenómeno peligroso y excitante de antaño. Está en franca decadencia... Los momentos más álgidos fueron, lógicamente, los temas del "Antichrist Superstar"... Y poco más. Ah, me olvidaba de sus teloneros, unos Turbonegro no demasiado motivados, la verdad (anque el respetable tampoco ayudó).
Por otro lado, la actuación de Josh Rouse en el Bikini (con nueva entrada, a la que se accede mediante una especie de pasillo que parece propio de un bunker nuclear...) sí que me convenció, y mucho. Empezó un tanto vacilante, con new look (ese pelo más largo de lo habitual, esa perilla de tres pelos...), pero poco a poco las canciones (nuevas y viejas) fueron ganando enteros. La sala estaba hasta los topes, y cometí el error de situarme al final de la barra de la derecha, donde apenas vi un carajo... Rouse no estuvo demasiado comunicativo, pero ofreció un notable concierto (con algunos altibajos en momentos puntuales). Volveré a verlo cuando regrese por estas lares.
Y a finales de semana me esperan dos citas a las que les tengo muchas ganas: Arctic Monkeys y Black Rebel Motorcycle Club.

26 de noviembre de 2007

2 años de agitación


Hoy este blog cumple 2 años. Parece que fue ayer. La criatura ya anda y habla, o sea que todo va bien (pese a alguna crisis pasajera)...

PD Pese a todo, sigo sin saber cómo demonios acceder a las estadísticas de visitas...

25 de noviembre de 2007

¿Y el hombre maltratado qué?

Hoy es el día internacional contra la violencia hacia las mujeres. Me parece perfecto, pero ¿y del mismo día para los hombres qué? Porque también existimos unos cuantos...

22 de noviembre de 2007

"Matar al presidente": cuando la ficcion se asemeja (peligrosamente) a la realidad


"Matar al presidente" es un falso documental. La premisa del mismo es lo acontecido después del asesinato del presidente Bush a manos de un francotirador. Lo escalofriante es que parece real, demasiado real. Me temo que este brillante ejercicio de especulación no agradará demasiado a los partidarios republicanos. No quiero revelar demasiado sobre la investigación del magnicidio, para no chafar la película, pero las conclusiones a las que llega son descorazonadoras. Y lo peor de todo es que me temo mucho que de haberse realizado dicho asesinato, los resultados no hubiesen variado un ápice.
Todo se puede utilizar para sacar réditos políticos, y mucho más un hecho como éste. Junto a "Redacted", éste es uno de los films más demoledores y críticos de la administración de Bush y del desastre de la intervención norteamericana en Irak. Nuevamente, de visión obligada...

20 de noviembre de 2007

"REC": acojonante


La última película de Jaume Balagueró y Paco Plaza es acojonante en los dos sentidos de la palabra.
Miedo extremo y reality se juntan en la que a mi parecer, ya es la mejor película de este 2007...
Amantes del terror y de sufrir en las salas de cine, ¡no os la perdáis!

19 de noviembre de 2007

Qué hay en mi iPod

3985 canciones de 182 artistas:

AC/DC
Adam Green
Albert Hammond Jr.
Alice in Chains
Arctic Monkeys
Ash
Asian Dub Foundation
Astrud
At The Drive-in
Atom Rhumba
Audioslave
Beastie Boys
Beck
Ben Harper
Ben Harper & The Blind Boys of Alabama
Big Soul
Black Francis
Black Mountain
Black Rebel Motorcycle Club
Blink-182
Blur
Bob Dylan
Britney Spears
Bruce Springsteen
Cabo San Roque
Carlos Jean
Chris Cornell
Clawfinger
Coldplay
Crazy Town
Cypress Hill
Daft Punk
Danko Jones
Davil Holmes
Def Con Dos
Devendra Banhart
Dionysos
Donavon Frankenreiter
Down
Duran Duran
Eagles of Death Metal
Eddie Vedder
Editors
Eels
Faith No More
Fantômas
Filter
Foo Fighters
Franz Ferdinand
Freakpower
Fu Manchu
Fun Lovin' Criminals
G. Love & Special Sauce
Garbage
Gluecifer
Gomez
Good Charlotte
Gorillaz
Green Day
Grinderman
Gun
Guns N' Roses
Harry Connick Jr.
Heavy Trash
Hermano
Héroes del silencio
Holy Barbarians
El hombre burbuja
Incubus
Infectious Grooves
INXS
Jack Johnson
James Taylor Quartet
Jamiroquai
Jane's Addiction
Jet
Jim White
Jimmy Eat World
Jimmy Page & Black Crowes
Josh Rouse
Josh Todd
Jovanotti
Justin Timberlake
Kaiser Chiefs
Kasabian
KC Booker
Kid Rock
Kings of Leon
Klaxons
Korn
Kylie Minogue & Robbie Williams
Kyuss
LCD Soundsystem
Led Zeppelin
Limp Bizkit
Linkin Park
Living Colour
Macaco
Maceo Parker
Macy Gray
Mala Rodríguez
Manic Street Preachers
Manu Chao
Marilyn Manson
Maroon 5
Massive Attack
Maxïmo Park
Metallica
Methods of Mayhem
Mika
Millionaire
Moby
Molotov
Monster Magnet
Morningwood
Morphine
Mötley Crüe
My Chemical Romance
Natalie Imbruglia
Nick Cave & The Bad Seeds
Nine Inch Nails
Nirvana
Oasis
Ok Go
Peanut Pie
Pearl Jam
Perry Farrell
Phoenix
Pinker Tones
Pixies
PJ Harvey
Poison
Porno for Pyros
Primal Scream
Prince
Queen
Queens of the Stone Age
R.E.M.
Radiohead
Rage Against The Machine
Rammstein
Red Hot Chili Peppers
Rinocérôse
Robbie Williams
Rollins Band
Rufus Wainwright
Ryan Adams
Satellite Party
Scissor Sisters
Sidonie
Smashing Pumpkins
Soundgarden
Spiritualized
Standstill
Stereophonics
Stevie Wonder
Terence Trent D'Arby
The 1990's
The Answer
The Arcade Fire
The Black Crowes
The Chemical Brothers
The Cult
The Evens
The Flaming Lips
The Hives
The Horrors
The Jesus & Mary Chain
The Jon Spencer Blues Explosion
The Pannic Channel
The Prodigy
The White Stripes
Titán
Los toreros muertos
U2
Us3
Velvet Revolver
Violent Femmes
Weezer
Wendy James
Wilco
Xavier Rudd

15 de noviembre de 2007

"Bodies": ¡ésta no me la pierdo!


Reconozco que no me prodigo demasiado ni en teatros ni en museos, pero esta exposición no me la perderé por nada del mundo...

PD Por cierto, esto me ha recordado un museo que visité en Bangkok, hace 3 años, con mi amiga Neus. Estaba dentro del hospital Siriraj (que toca al río principal de la ciudad) y la muestra la formaban una serie de cadáveres y órganos humanos. Lo más impresionante, la recreación de un pobre hombre sentado en un taburete que en realidad era uno de sus huevos (el pobre sufría de elefantiasis o algo parecido). [Mir, tú que vius a BKK has d'anar-hi!]

EFE
BARCELONA

Restos plastificados de cadáveres reales se exhiben desde hoy en el Museu Marítim de Barcelona en la exposición Bodies. El cuerpo humano como nunca lo has visto, que se muestra por primera vez en España después de su paso por ciudades como Nueva York, Londres, Amsterdam, Washington y Lisboa.

La exposición consta de 17 cuerpos y más de 200 órganos, distribuidos en nueve galerías temáticas, que permiten ilustrar el funcionamiento del organismo humano. Los cadáveres también sirven para abordar algunas de las enfermedades humanas más comunes como el cáncer, el párkinson o el alzhéimer.

El asesor médico de la muestra, Roy Glover, anatomista de la Universidad de Michigan, ha resaltado hoy en la presentación el "objetivo eminentemente pedagógico y educativo" de la exposición, que se podrá ver en Barcelona hasta el próximo 13 de enero.

Cuerpos chinos

Todos los cuerpos exhibidos corresponden a personas chinas y fueron donados a la Facultad de Medicina de Dalian (noreste del país). Glover ha remarcado que "en ningún caso proceden de prisioneros, sino que todos son personas que murieron por causas naturales y que donaron sus cuerpos a la Medicina".

El equipo científico chino, en colaboración con la empresa Premier Exhibitions, responsable de las exposiciones, prepara cada uno de los cadáveres con productos químicos que detienen temporalmente su degradación. A continuación, los cuerpos son diseccionados para poner al descubierto estructuras importantes.

Tras eliminar toda el agua del cadáver, los anatomistas la reemplazan por acetona para inyectar después una mezcla de silicona líquida de caucho. El resultado final es un espécimen "seco, inodoro y conservado de forma permanente que no contiene productos químicos tóxicos y que retiene el aspecto original, pero como si fuera de goma", explica Glover.

'La mujer de Vitrubio'

El tiempo de preparación de cada cuerpo varía "entre una semana que tarda un órgano pequeño hasta un año para un cuerpo entero". La estrella de la exposición ha sido bautizada por Glover como La mujer de Vitrubio, en alusión a la figura de Leonardo da Vinci.

En relación a la polémica que ha rodeado este tipo de exposiciones, Glover ha apuntado: "Más que polémica, se debe hablar de tensión creativa en todo lo que hacemos, porque hasta hace poco casi nadie había mostrado los cuerpos de esta manera, pero en todos los casos se hace de la manera más pedagógica y digna posible".

13 de noviembre de 2007

Martes 13: ni te cases... ni te separes


Se veía venir:

EFE
MADRID

Los Duques de Lugo, la Infanta Elena y Jaime de Marichalar, han convenido el cese temporal de su convivencia matrimonial, han informado fuentes del Palacio de la Zarzuela.

MÁS INFORMACIÓN, EN BREVE

Si los programas del corazón ya han hecho su particular agosto con el "por qué no te callas" del rey, ahora se va a desatar una auténtico tsunami... Que Dios nos coja confesados.

PD Por cierto, día triste para la democracia y la libertad de expresión: los dibujantes de El Jueves han sido condenados a pagar 3000 euros por injurias al príncipe. Y yo me pregunto si entonces toda la basura que producen programas como "Aquí no hay tomate" sobre la casa real no es como para ir a la cárcel... Un poco de coherencia, ¡señores jueces!

Insuperable tercera temporada de "Mujeres desesperadas"


Ayer terminé la tercera temporada de "Mujeres desesperadas". Sin ninguna duda, es la mejor (y de lejos) de todas ellas. Los personajes están mucho más definidos, las historias tienen más miga y la trama negra no es ni de lejos tan embarullada (y cansina) como en las dos primeras. Además, Kyle McLahan, antiguo actor fetiche de David Lynch y ex-agente Cooper de Twin Peaks, tiene un papel de malo antológico. Esta serie es uno de los grandes aciertos de los últimos años, y no solo gracias a las notables actuaciones de todos sus protagonistas, sino sobre todo por sus refinadísimos guiones, en los que nunca falta la voz de la narradora muerta para ligar unas tramas tan llenas de mala baba como mordaces. Me quito el sombrero y me temo que en breve pondré a trabajar la mula con la cuarta temporada... Y también me pondré a rezar para que se acabe la huelga de guionistas televisivos de Hollywood...

PD No perderse la versión sudamericana en los extras del DVD. Una copia todavía más exagerada e incluso hortera de la original.

El dilema moral de "Adiós, pequeña, adiós"


El debut de Ben Affleck tras la cámara es más que un thriller notable. El que todos tomaban por tontolaba demuestra no serlo tanto como lo aparenta. Cierto es que se ayuda de la magnífica novela de Dennis Lehane, el autor de la también muy celebrada "Mystic river" (peli un tanto sobrevalorada, a mi parecer). Pero al césar lo que es del césar, y Affleck consigue con su ópera prima un film de esos que hacen reflexionar. Porque más que la historia en sí, su sorprendente final (que me guardaré de revelar, pero que su trailer apunta descaradamente: ¡no lo vean!) propone un inquietante dilema moral. Yo al menos me inclino por la misma elección que hace el protagonista, aunque los resultados sean descorazonadores (el último plano es sensacional y a la par terrible). En fin, que es una de las películas de visión obligada de la cartelera. Ah, y Casey Affleck, el hermanísimo, está que se sale.

11 de noviembre de 2007

Locuras reales


Y sucedió lo inimaginable. Juan Carlos explotó. "¡Por qué no te callas!" le espetó el monarca a Chávez, después que éste hubiese puesto a caldo a Aznar, tachándole repetidamente de fascista, y de que Zapatero le hubiese exigido un respeto para el ex-presidente español. Todavía no está disponible el vídeo en You tube, pero en sendas webs de El Periódico y ADN se puede ver el alucinante documento gráfico...
Poco después, el rey abandonaría la sala (foto)... Lo nunca visto.
PD Los de Polònia deben estar frotándose las manos...

7 de noviembre de 2007

Prometedoras Gominolas


Hacía ya días que me topaba día sí y día también con el anuncio de "Gominolas" en el metro. Y finalmente hoy he visto el debut de esta nueva serie de Cuatro. El punto de partida es ciertamente atractivo: el grupo para niños Gominolas (un sucedáneo en toda regla de Parchís) se reúne al cabo de veinte años, para celebrar un concierto en honor a una de sus miembros, recién muerta por sobredosis. Los cuatro integrantes restantes (limón, fresón, regaliz y menta) son unos juguetes rotos (como me gusta este palabro) y malviven como pueden. La serie tiene algunos gags muy logrados y también mezcla un regusto trágico que le va como anillo al dedo. Aunque el tono general es de despiporre, cierta pátina de amargura recubre su no tan dulce envoltorio. Gominolas envenenadas que diríamos... Veremos como evoluciona, pero de momento han conseguido captar un espectador.

6 de noviembre de 2007

Como un niño con zapatos nuevos...

Pues eso es lo que soy:

El tito Jack regresa...por séptima vez

Si la huelga de guionistas no lo pospone, tendremos nueva ración de "24" el próximo enero. La séptima temporada promete muchos cambios. Yo en breve revisaré la quinta y la sexta. De momento, para ir haciendo boca...

5 de noviembre de 2007

Resident Evil: a la tercera va la vencida


El pasado miércoles visioné la tercera parte de la saga videojueguil "Resident Evil", titulada de forma preclara "Extinción".
Si bien el primer film de la trlogía tenía mucho gancho, y fue una más que digna adaptación del célebre (y aterrador) videojuego, no se puede decir lo mismo de su lamentable secuela, subtitulada "Apocalipsis". Ahora bien, en esta tercera (y parece que, definitiva) entrega, las cosas vuelven, afortunadamente, a su caudal. Sin ser tan brillante como la primera, "RE 3" tiene la garra que su predecesora adolecía. Y lo mejor de todo, muchos guiños al debut de la trilogía (vease, los temibles perrros zombis). La acción se situada en un planeta devastado por el virus, que ha convertido en desierto la mayor parte de éste (grandísimas, las imágenes de Las Vegas enterrada literalmente por la arena), y los zombis no son en este caso el mayor enemigo. No faltan tampoco las peleas a cuchillo pelado y mandoble karateca de su protagonista, Milla Jojovich (en el papel de su vida. Está tan encasillada que no le lloverán ofertas que no sean de mujer dura). Finalmente, una escena memorable, copiada descaradamente de "Los pájaros" de Hitchcock. Solo por ella, merece la pena su visionado.

PD Esta tarde veré la cuarta (y en teoría última) entrega de Saw. Visto lo execrable de la precedente, imagino (y espero) que el broche final remontará el nivel...

2 de noviembre de 2007

In-Edit: fin de fiesta


El documental sobre Sonic Youth del In-Edit fue flojito, muy flojito. En su descargo, decir que está realizado por chavales adolescentes de una fundación. Pero apenas tiene puntos interesantes, exceptuando al final, cuando la bajista Kim Gordon declara que su hija está enganchada a "Lost", y que ella no le deja ver más de un episodio al día!
Mucho mejor estuvo el documental de Don Letts dedicado a George Clinton. El creador de Parliament y Funkadelic no solo fue un genio del funk, sino que puso las bases de un emergente hip hop. Impagable ver los disfraces y las locuras de su banda. Por cierto, las rastas de Letts, que presentó su obra, daban miedo: sobrepasaban sus rodillas...
Finalmente, "About a son", el documental sobre Kurt Cobain. Pensé que me aburriría, al ser solo sus declaraciones vía telefónica. Pues no, al contrario. De lo más desmitificador. Las imágenes de acompañamiento se dejan ver, pero lo importante son las palabras del desdichado Cobain. La pregunta que me hago es ¿como es que este film no ha visto la luz mucho antes? Serán cosas legales, o de la bruja de Courtney Love...

Un buen hombre


Un verdadero escándalo, la política tributaria de los Estados Unidos. Siempre sostendré que los más ricos tendrían que pagar proporcionalmente mucho más que el resto de los comunes. Por algo están forrados. La noticia publicada hoy en El Periódico es interesante. Por suerte, aún quedan hombres buenos.


AGUSTÍ SALA
BARCELONA

Rico, muy rico. Warren Buffett es más que eso, multimillonario. El titular de la segunda mayor fortuna de la tierra discrepa del sistema fiscal de EEUU. Pero no por que le resulte una carga insoportable sino por su levedad. "El sistema fiscal se ha inclinado en favor de los ricos y se ha alejado de la clase media en los últimos 10 años. Es dramático. No creo que haya conciencia de ello y pienso que debería ser abordado", afirmó en una entrevista en la cadena NBC.
El magnate conocido como el mago de Omaha, por sus dotes para obtener enormes rendimientos por sus inversiones, aportó pruebas. Tras realizar una encuesta informal entre empleados de Berkshire Hathaway --el imperio desde el que dirige sus intereses-- detectó que sobre sus ingresos recaía un gravamen del impuesto de la renta que era casi la mitad que el de sus trabajadores. En concreto, el 17,7%, frente a una media del 32,9%.
"No había nadie en la oficina, ni el recepcionista, con un tipo impositivo más bajo. Y no realizo planificación fiscal, ni tengo asesores ni utilizo paraísos fiscales. Me limito a hacer lo que dicta el Congreso", explicó. Con estas revelaciones criticó la rebajas fiscales para las rentas más altas aprobadas por George Bush y que ahora pretende prorrogar. La actual Administración republicana quiere exprimir el principio económico según el cual la recaudación deja de crecer por más que lo hagan los tipos impositivos. Por eso, mejor bajarlos, al menos para los contribuyentes más ricos.
Buffett posee una fortuna de 36.000 millones de euros (un poco más que el presupuesto consolidado de la Generalitat para el 2008). Solo le supera Bill Gates (Microsoft), para cuya fundación donó más de 21.000 millones de euros, batiendo todos los récords de la filantropía anglosajona. Pero, a pesar de ser beneficiario de las normas tributarias, las critica por considerarlas injustas.
No es la primera vez que defiende que pague más quien más tiene. Algo, por cierto, que suscribiría cualquier partido europeo de izquierdas. En el 2001 se sumó a otros personajes acaudalados, como el financiero George Soros y Bill Gates, el padre del fundador de Microsoft, en una carta publicada en el New York Times en la que rechazaban el plan de Bush de eliminar el impuesto de sucesiones y donaciones en el 2009. Es algo que el PP ha empezado a hacer en las comunidades en que gobierna en España y que ha propiciado una batalla fiscal territorial.
Los 120 firmantes de la carta en EEUU aseguraban que suprimir esos tributos "dañaría planes gubernamentales esenciales y a las familias con menos recursos". Buffett sentenció entonces: "Conduciría a crear una aristocracia de ricos, en lugar de una meritocracia. Sería como elegir para el equipo olímpico del 2020 a los hijos mayores de los medallistas de oro en el 2000".

31 de octubre de 2007

"Invasión", o el contagio por vomitera


Francamente, no entiendo las malas críticas que ha cosechado esta nueva versión de "La invasión de los ladrones de cuerpos". Y es que "Invasión" es una cinta quizás no notable, pero sí solvente y entretenida. El único punto negro es su final, que me guardaré aquí de desvelar.
Lo mejor es la manera en que los alienígenas contagian el virus: una tremenda y escatológica vomitera... Otros dos puntos a su favor: el hecho de que para no convertirse, no hay que dormirse (que remite directamente a la gran "Pesadilla en Elm Street") y el apunte de ligera crítica social al resaltar que los humanos son más malos con sus guerras que los propios invasores.
Por lo demás, Nicole Kidman más guapa que nunca en un papel de heroína y abnegada madre, y Daniel "James Bond" Craig haciendo de efectivo comparsa. Pero el premio se lo lleva uno de los niños, en su papel de diabólico mequetrefe.
De acuerdo, la cinta no es la tremebunda "28 semanas después", pero ni de lejos merece el aluvión despectivo que le ha caído encima. Contiene algunos momentos de tensión destacables, aunque la original, que vi de pequeño y cuyo final me marcó profundamente, siempre prevalecerá, por descontado.

Soltemos lastre...


Si un jugador que no acaba (casi) ningún partido nos cuesta 10 millones de euros, por mucho Ronaldinho que sea, lo mejor es desembarazarse de él. Si encima el muy cabrón no va a entrenar y no es ni la sombra de lo que fue, entonces el despido es obligado (y fulminante: diciembre aguarda a la vuelta de la esquina).
El problema es que dicha "joya" ya no la quiere nadie. A ver quién es el rico que quiere hacerse con semejante chollo... ¿El Milán quizás? Esperemos, porque sino estamos bien jodidos. Ya lo dije en su momento, y no me cansaré de repetirlo: ¡a la puta calle, hombre!

30 de octubre de 2007

La muerte os sienta tan bien

Increíble pero cierto. Los fabricantes de ataúdes también tienen derecho a promocionar sus productos de manera imaginativa. Para ejemplo, el de un italiano la mar de espabilado...


29 de octubre de 2007

Excelso final de "El ala oeste"


Las dos últimas temporadas de "El ala oeste de la Casa Blanca" son para quitarse el sombrero. Aaron Sorkin, su creador, abandonó el barco al final de la cuarta, pero la estructura que dejó era tan maciza que de su ausencia no se resintió ni un ápice esta magnífica serie, una de las mejores del panorama televisivo actual. La sexta y la séptima temporadas no se venden todavía en nuestro país (misterio insondable), pero gracias a Amazon cualquiera puede hacerse con ellas.
La penúltima temporada es la de los grandes cambios. Muchos de los protagonistas cambian de trabajo o de posición, pero siguen apareciendo en la misma. Ésta se centra en la búsqueda de un candidato demócrata (y otro republicano) para las próximas elecciones. Apasionante. Ya en la séptima y última temporada, los candidatos elegidos se sumen en el infierno de la campaña electoral, con un capítulo íntegramente dedicado a un debate televisivo (realizado en directo). El presidente Bartlett (soberbio Martin Sheen) tiene menos protagonismo que nunca, pero también sufre lo suyo. El que gana indiscutiblemente con esta nueva orientación es Josh Lyman (genial Bradley Whitford), que es el asesor principal del candidato presidencial de los demócratas, un hispano idealista y comprometido con la educación (estupendo Jimmy Smits). Su contricante es un republicano honesto y moderado interpretado también de fábula por un ya muy mayor Alan Alda. Resulta curioso que mientras duró esta serie, en la realidad se hallaba el peor presidente de la historia de los Estados Unidos: George W. Bush. De haber existido un presidente como Jed Bartlett, otro gallo cantaría en Estados Unidos (y por extensión en el mundo).

In-Edit: dos vicios en uno


El In-Edit, festival de cine documental musical, reúne dos de mis vicios preferidos: el cine y la música. El pasado viernes vi "Oasis: Lord don't slow me down" y "Global metal". El primero de ellos es un correcto film de la última gira de los hermanos Gallagher donde vuelve a quedar en evidencia lo subnormales y gilipollas que son (especialmente Liam). Tiene no obstante algún momento estelar, como la celebración del cumpleaños del mismo con la participación de un par de enanos contratados para la ocasión. Momento freak por excelencia.
"Global metal" es otra cosa. Es la continuación de "Meta: a headbanger's journey", un estupendo documental que ganó el año pasado el premio del público (y que me perdí lamentablemente). En esta ocasión su director y metalhead viaja por diversos rincones del globo a la búsqueda de heavies. Tremendo. Brasil, Japón (país de frikis por excelencia), India (deu n'hi do también...), China, Israel, Dubai, Indonesia... Un estudio interesantísimo (aunque uno no sea seguidor del rock más duro) sobre las motivaciones de los jóvenes seguidores de dichos lugares. Es muy probable que se vuelva a llevar el premio del público.
El sábado hice un triplete: "Franz Ferdinand: Rock it to Rio", "Love story" y "Unseen Beatles".
El de mis adorados Franz Ferdinand (por cierto, de lo más recomendable "Sound Bites", libro de su vocalista Alex Kapranos sobre sus comidas por el mundo) está dirigido por Don Letts, un experto en la materia (en el festival presenta nada menos que cinco films), pero en esta ocasión no deja de ser un pelín decepcionante. Pese a las agradecidas imágenes de la preciosa Río de Janeiro, la película abusa de demasiados temas repetidos (parece que el grupo no tenga más de tres o cuatro canciones) y de la aparición de fans brasileñas que no vienen al caso. Pese a todo, es una pieza muy recomendable para sus fans. Al contrario que los hermanos Gallagher, Kapranos y compañía son unos tipos encantadores.
"Love story" es la historia de Love, grupo de finales de los sesenta que no conocía, y que no llegó a ser tan popular como The Doors porque su excéntrico líder Arthur Lee no le apetecía ir de gira. Pese a pegar unas cuantas cabezadas iniciales, la cosa se pone interesante y hay algunas perlas impagables, como las declaraciones del primer batería, Snoopy, sobre su expulsión del grupo. Finalmente, "Unseen Beatles" es un pequeño timo de la BBC. Un documental correcto sobre la tensión en las giras de los de Liverpool, pero que promete imágenes inéditas de su último concierto que nunca muestra. Un bluff.
Ayer domingo asistí al magnífico "Sigur Rós: Heima", un precioso documental sobre la gira gratuita que este grupo islandés dio en diversos lugares bucólicos de su país. A la belleza de su música se suman unas imágenes de naturaleza increíble que combinan a la perfección. Creo que puede ser otro de los ganadores de esta edición. Y las entradas estaban nuevamente agotadas. Luego vi "The Fall: the frightening and wonderful world of Mark E. Smith", otro correcto documental de la BBC sobre este particular personaje (del que desconocía casi todo).
Esta tarde acudiré a "Sonic Youth: Sleeping nights awake" , mañana a "George Clinton: tales of Dr. Funkenstein" (de Don Letts) y el miércoles acabaré con "Kurt Cobain: about a son".

25 de octubre de 2007

De obras: aqui no hay quien curre...


Estamos de obras en la oficina. Hoy finalmente han llegado los paletas. La mesa de mi jefe, a mis espaldas, ha sido convenientemente vaciada (garantizo que la pila de libros y papeles era un caos absoluto). Suerte que ya hemos cerrado el número de noviembre, sino me cuelgo del piso superior...

21 de octubre de 2007

Y sucedió el milagro


A veces la vida tiene finales imprevistos, y la justicia divina existe. Después de que nadie diese un duro por él, el finlandés de hielo Kimi Raikkonen se ha hecho con el mundial de Fórmula 1. Es un justo vencedor, pues ha ganado 6 grandes premios frente a los 4 de Fernando Alonso y los 4 de Lewis Hamilton. Y lo mejor de todo es que el equipo de McLaren se ha quedado sin nada. Hamilton ha tirado el campeonato por la borda él solito en las dos últimas carreras y Alonso no ha aconseguido aprovecharse de ello. Felicidades Iceman. Te lo mereces.

Parecidos más que razonables


19 de octubre de 2007

Heavy Trash is number one (y Mika también)



Bonitos regalos de cumpleaños (desde el miércoles ya tengo la edad de Cristo. Gracias a los que os acordasteis de felicitarme) han sido dos de los mejores conciertos a los que he asistido este año: Heavy Trash y Mika.
El primero de ellos, la noche del pasado martes 16, en un abarrotado Sidecar. Jon Spencer sigue siendo el número uno, pero no con la alicaída Blues Explosion, sino con su nuevo proyecto de rockabilly, Heavy Trash. Rock and roll 100% clásico y del mejor. Apenas 55 minutos de actuación, que supo a gloria (excelentes también sus teloneras, las jóvenes ninfas finlandesas Micragirls). Decir que Spencer es un animal de escenario es como descubrir la sopa de ajo, y por tanto gozar de la oportunidad de verle tan de cerca en esta cueva Barcelonesa fue un lujo. Los bises también fueron antológicos: sin electricidad, y con la gente coreando primero "Louie Louie" y luego "Wild Thing" (que suena idénticas, por otra parte). Y también se apreció el detalle de Jon de prestarse a firmar discos y hacerse fotos con sus fans tras su enorme actuación. La imagen es gentileza de mi amigo Ruben (en su último concierto antes de ser padre).
Y esta pasada noche, otro gran show el de Mika. Coñas varias entre muchas de mis amistades por demostrar sin ningún reparo mi devoción por tal chaval (mezcla bizarra de Robbie Williams, Freddie Mercury y Elton John, por poner tres ejemplos). Y es que creo sinceramente que su álbum de debut "Life in cartoon motion" es uno de los mejores de este 2007 (y así lo votaré en mi lista de favoritos, cuando se tercie). 12 temas de los que la mitad son auténticos hits rompepistas. Solo me faltaba la prueba del directo, y puedo decir que ésta la ha superado con creces. Eso sí, sobre el escenario se le nota mucho más toda la pluma que lleva dentro. Un gran show, tanto a nivel musical (impecable) como en cuanto a escenografía, con un final apabullante de confetti y globos gigantes a lo Flaming Lips. Y lo del Palau Sant Jordi con telones a mitad de escenario no es en absoluto mala idea (6000 personas acudimos, una mezcla de pijos, guiris, gays y freaks como un servidor). Al menos pilla mucho más cerca y suena mejor que el nefasto Pabellón de Badalona...

14 de octubre de 2007

Crónicas indianas (2)

Domingo 17 de febrero
Panjim
En el autocar que me llevó hasta Goa conocí a una pareja de americanos, Marc y Lorraine, con los que pasaría cerca de una semana, en las idílicas playas de este estado, el más pequeño de la India. Procedente de San Francisco, este matrimonio treinteañero era la antítesis del prototipo de viajeros que posteriormente he conocido: no fumaban (ni tabaco y aún menos canabis) y eran unos maniáticos de la seguridad y el orden. En el mismo trayecto hacia Goa, Marc no dudó en sacarle de la boca el pitillo que estaba fumándose un pobre indio y tirarlo por la ventana. Según el americano, no se podía fumar en el vehículo. Pero más adelante, cuando un grupo de jóvenes extranjeros encendieron un porro detrás de otro, Marc, a pesar de sus lógicas y furibundas protestas, no llegó a las manos con ellos. Otro detalle curioso que vale la pena mencionar del largo viaje fue la repentina aparición de una multitud de niños vendedores ambulantes de agua y patatas fritas, cuando el autocar se encontraba atascado a la salida de Bombay. Por no hablar del frío casi glacial que se desató bien entrada la noche. El problema: mi ventana estaba atascada y no se podía cerrar, y yo no disponía de ningún jersey para protegerme del gélido aire que entraba por ella (nunca hubiera imaginado que con semejante calor las temperaturas pudiesen bajar tanto).
Llegamos a Panjim, la capital de Goa, hacia las cinco de la mañana. Una vez allí pregunté al conductor en que lugar nos encontrábamos del mapa de mi guía (The Rough Guide). Su respuesta no se me olvidará nunca: “Aquí no sale”. Una de dos: o el hombre no tenía ni idea de cómo leer un mapa, o simplemente me estaba engañando (me inclino por la segunda, ya que habían algunos rickshaws esperando para llevarnos al cercano centro). Decidí juntarme con la pareja de americanos y siguiendo su consejo (y su buena orientación) nos fuimos caminando a la búsqueda de un hotel. Estuvimos dando vueltas cerca de media hora hasta que finalmente encontramos uno barato que salía en su guía (la Lonely Planet). Después de despertar a la gente de la recepción y echarle un vistazo a las habitaciones, caímos rendidos en nuestras respectivas camas hacia las seis de la mañana. En mi caso, no dejaron de irritarme unos sospechosos ruidos en el lavabo contiguo al mío, como si alguien se estuviera duchando durante una eternidad. Sobre las once de la mañana, con sesenta minutos de retraso sobre la hora para dejar la habitación (y sin que nos cobraran más por ello), dejamos el hotel y fuimos a desayunar. Lo hicimos en una pastelería, devorando deliciosos bollos y pancakes. Tras el ajetreo de Bombay, Panjim (o Panaji) me pareció un lugar sumamente tranquilo y hasta agradable. Sus casitas de influencias portuguesas y sus iglesias católicas me sedujeron a la primera. Después de saciar nuestro apetito tomamos un taxi hasta Old Goa, la antigua capital de Goa, a una quincena de kilómetros, y ahora una localidad totalmente en ruinas. Allí visitamos diferentes iglesias, como la de San Francisco de Asís y su museo arqueológico, o la basílica de Bom Jesus, donde se encuentra la tumba de San Francisco Javier, misionero jesuita del siglo XVI. Todo ello con nuestras mochilas a cuestas y bajo un sol de justicia. También nos acercamos a las ruinas de la llamada colina sagrada, donde contemplamos los restos de otros monasterios de la época. Luego tomamos un bus local hasta Panjim, y posteriormente otro hasta la localidad interior de Margao, situada más al sur. El paisaje, unos bonitos campos de palmeras, recordaba a Tailandia, según mis acompañantes. Desde allí, nos metimos en un tercer autobús que nos dejó en la playa de Colva, uno de los principales centros turísticos de Goa. Llegamos justo antes de la puesta de sol y pudimos disfrutar de ese precioso acontecimiento. Después de visitar un par de hoteles, encontramos unas habitaciones más que decentes en Sam’s, un edificio situado en segunda línea de mar. Esa noche probé el tiburón por primera vez, que resultó excelente, en un chiringuito playero llamado Lucky Star.

Lunes 18 de febrero
Colva
Pasamos un par de días en Colva en los que básicamente no hicimos gran cosa aparte de bañarnos y tomar el sol. La larguísima playa, de blanca arena y con poquísima gente (era casi finales de temporada, a mediados de febrero), no podía ser más agradable. El único problema eran los insistentes grupos de niñas que nos intentaban vender todo tipo de sarones (especie de tela que puede servir de toalla o de pareo). Dichas niñas tenían la virtud (o el defecto, según como se mire) de sentarse a nuestro lado y de repetirnos machaconamente las excelencias de sus prendas (y de sus precios). Después de un acoso semejante, y en un momento de debilidad, cedí y compré un bonito sarón de color violáceo. Pero las mocosas, en vez de agradecerme la compra y largarse a por otro cliente, insistieron en que adquiriera otro más (cosa que no hice). Otros personajes habituales de las playas de Goa son los temibles limpiadores de oídos. A mi me abordó inesperadamente uno de ellos cuando caminaba en dirección a la vecina localidad de Benaulim. Sin que me hubiese podido negar, ya me estaba hurgando en las orejas y extrayendo de ellas unas considerables cantidades de cerumen. Lo peor vino al final, cuando me enseñó su tarjeta de precios, y por el hecho de haberme sacado un par de piedras de cera me exigía la descomunal cantidad de 400 rupias (unos 10 euros). Le pagué menos de la mitad (tampoco tenía más dinero conmigo) y me sentí igualmente estafado.

Martes 19 de febrero
Palolem
Por la mañana tomamos un autobús hacia la bulliciosa Margao, y allí mis acompañantes enviaron un paquete postal a su hogar en Estados Unidos. Tarea de lo más complicada, por cierto. No es suficiente con hacerse con un cartón y cinta adhesiva. También se exige comprar tela blanca para envolver el paquete y coserlo (o bien manualmente, como hicieron ellos, o mediante los servicios de un sastre). Comimos a oscuras en un restaurante de Margao, pues a mitad del almuerzo se fue la luz (algo muy frecuente en toda la India) y tomamos un autobús que nos llevó a Palolem, otra localidad situada más al sur. Después de caminar casi dos kilómetros con las mochilas (los americanos no eran muy amigos de los rickshaws), estuvimos aproximadamente una hora buscando alojamiento. Gran parte de ello fue por culpa de mis compañeros, que no se decidían por nada e intentaban regatear miserablemente unas pocas rupias. Estuve a punto de enviarles a tomar viento y quedarme en uno de los múltiples locales que visitamos, pero finalmente encontramos unas habitaciones estupendas y baratísimas en casa de una simpática india llamada Rossy. No estaban en primera línea de mar, como la mayoría de cabañas, pero sin duda eran más que aceptables. Me parece que la mía era la habitación más limpia de todas (y son muchas) por las que he pasado en este viaje. Nada más instalarme, me fui directo a darme un chapuzón, pese a que ya no había luz diurna. Luego cenamos en un restaurante italiano, donde tomé una lasaña muy buena viendo un partido de la liga española: Real Madrid – Atlético de Bilbao (1-2).

Miércoles 20 de febrero
Palolem
Después de desayunar en una German Bakery (estos establecimientos se encuentran en los principales lugares turísticos del país), donde pudimos rellenar nuestras botellas de agua mineral con agua filtrada, alquilamos unas bicicletas y fuimos pedaleando hasta el pueblo vecino de Chaudi. Allí Marc compró una tela para hacerse una túnica a medida. Al cabo de una hora regresamos a la playa de Palolem, que con su forma de media luna y sus palmerales es sin duda una de las más bonitas del estado (o al menos de todas las que yo visité), y allí nos quedamos, disfrutando de una increíble puesta de sol desde una roca situada en un extremo de dicha playa. Por la noche, tras cenar en un aceptable restaurante mexicano, me tomé unas cervezas en un bar de la playa y conocí a una simpática pareja de ingleses, Mick y Julie, que desafortunadamente se marchaban al día siguiente. Estos me recomendaron visitar Ooty, un lugar situado más al sur, en el estado de Tamil Nadu. Lamentablemente, entendí mal el nombre y cuando descubrí su verdadera ortografía ya me encontraba demasiado lejos como para regresar. Sin duda será una asignatura pendiente para la próxima vez que regrese. Julie se fue a dormir a medianoche, y yo seguí conversando un rato más con Mick, que me contó numerosas anécdotas del país (era la tercera vez que venían aquí): como hizo una foto a unos cerdos que se estaban comiendo los excrementos del water (o más bien agujero), o que quería conducir un rickshaw al menos una vez (pagando lo que fuera para conseguirlo). Reconozco que me animó el poder hablar con alguien que no fuera mi pareja de viaje habitual...

Jueves 21 de febrero
Palolem
Volví a desayunar con los americanos en la German Bakery. Luego nos dirigimos a la playa, y más concretamente a su extremo derecho, donde se encuentra un pequeño islote al que se puede acceder caminando cuando la marea está baja. Marc y yo intentamos y conseguimos subir a la cima de la isla tras meternos por un caminito de lo más empinado y resbaladizo (a todo esto, yo llevaba unas chanclas de piscina, y no sé como no me maté), que no era ni mucho menos el sendero principal. Por suerte, de regreso si que encontramos el buen camino, mucho más agradecido. De todas formas, no dejó de ser una decepción el llegar hasta la cumbre, puesto que no había nada allí, ni siquiera una vista espectacular. Cuando tuvimos que volver a cruzar el mar hasta la playa, nos encontramos con que la marea había subido, haciendo el trayecto mucho más resbaladizo y peligroso. Yo tropecé y me mojé, pero por suerte llevaba la cámara en el bolsillo impermeable de mi toalla (que más adelante cambiaría por un sarón en el mercadillo de Anjuna). Comimos a una hora tardía en el primer chiringuito que encontramos. Después de echarme una siesta a la sombra de una barca de pescador, me encaminé solo al otro extremo de la playa, al mismo sitio que el día anterior, para disfrutar de la puesta de sol y esta vez tomar unas cuantas fotos. Por la noche, cenamos en un restaurante llamado Jackson’s, situado justo al lado de nuestras habitaciones, en el que no tenían menú, y en el que tardaron una verdadera eternidad en servirnos. Creo que tomé pescado, como siempre. Más tarde volví al bar de la noche anterior, y esta vez me entraron dos inglesas rollizas, Kathy y Becky, que estaban dando la vuelta al mundo en un par de años. Habían pasado un par de meses en Sudáfrica y acababan de llegar a India. Más adelante acabarían trabajando en Australia, como tantos otros viajeros que posteriormente conocí. Después de una hora, cansado, me retiré a mi habitación, y las dejé en el mismo lugar.

Viernes 22 de febrero
Panjim
Volvimos a desayunar en la German Bakery, aunque esta vez el filtro de agua no funcionaba y no pudimos reponer nuestras botellas. Me despedí de Marc y Lorraine, y tomé el bus hacia Margao, y posteriormente otro que me llevaría de nuevo a Panjim. Ellos seguirían hacia el sur, pero todavía no parecían tener demasiado claro hasta donde llegarían. Pasé una buena semana con los dos, aunque la verdad, ya tenía ganas de “recobrar mi libertad” de nuevo. Al llegar a Panjim me dirigí a una pensión de mi guía llamada “Orav’s”. No quise volver al sitio donde nos habíamos alojado anteriormente, más que nada por probar algo diferente. La habitación, pequeña y destartalada pero con baño, parecía adecuada para pasar una noche. Después de una refrescante ducha, intenté en vano encontrar un restaurante abierto, pero pasadas las tres de la tarde era algo imposible. Acabé comiendo en un local indio totalmente vegetariano, y eligiendo un par de cosas al azar, que no estuvieron mal, la verdad. Luego di un largo paseo por la ciudad, bajo un calor considerable. Intenté meterme en un cine, pero la película ya había comenzado hacía rato. Al final, a las seis de la tarde, me subí en un barco turístico que hacía un recorrido por el río Mandovi. La excursión fue normalita, pero lo más divertido fue el grupo de música y los bailarines que actuaban en una especie de escenario en la cubierta principal. Un pastiche bastante ridículo, pero curioso. Por la noche regresé al Hotel Venite a cenar. Y cuando ya me iba a acostar, escuché una música por una de las callejuelas, y me acerqué a ver que era. Entonces vi a un montón de gente, siguiendo una especie de procesión. Pregunté a un guardia qué celebraban y me dijo que era una fiesta sagrada en honor al Dios mono Hanuman, y que la gente se dirigía al templo. Decidí mezclarme con la muchedumbre, y ver todo aquel espectáculo fascinante. Conforme me acercaba al santuario, las calles se encontraban cada vez más atestadas, decoradas y llenas de tenderetes ambulantes. Finalmente, a un ritmo muy lento, conseguí llegar al pie de las escalinatas del templo. Allí muchas mujeres vendían flores para hacer ofrendas. Una vez arriba, me descalcé y penetré en el templo, que se encontraba abarrotado. Centenas de personas se arremolinaban en su interior para ofrecer sus regalos y recibir la bendición de los sacerdotes. Todo ello en un ambiente de lo más pacífico y alegre. De vuelta, apenas me crucé con algún turista extranjero. Lo mejor es que la gente en general no me prestaba demasiada atención (no me agobiaban pidiéndome algo). Era una noche de celebración, como de fiesta mayor. Me alegré mucho de haber podido acudir, aunque fuera de casualidad, a un evento de este tipo.

Sábado 23 de febrero
Anjuna
Por la mañana tomé un bus hasta Mapusa, y luego otro que me llevó a Anjuna, un poco más al norte. En teoría hubiese sido más lógico empezar mi viaje por aquí, y luego bajar hasta Palolem, pero como me quedé con los americanos, no pude hacerlo así. Aunque de todas formas, siempre tendría que volver a Panjim para continuar mi ruta hacia el sur, pues ésta es la ciudad mejor comunicada. El paisaje había cambiado considerablemente desde Mapusa, y los verdes campos de arroz se habían metamorfoseado en unos más áridos y cerrados bosques, no tan acogedores. Nada más bajarme del bus en Anjuna, cometí el inmenso error de aceptar el ofrecimiento de Sahi, el primer indio que me abordó. Éste me dijo que su pensión estaba situada al borde de la playa y que tenía todo tipo de habitaciones. Una vez allí (me llevó en moto) nos metimos en una lóbrega habitación por la que me pidió 300 rupias (unas 1200 pesetas). No sé como acepté, aunque lo más seguro es por mi inexperiencia con los precios (ahora nunca hubiera pagado eso) y por mi cansancio. No solo me endosó la habitación por 5 días (mi intención era quedarme menos tiempo) sino que me hizo alquilarle una pequeña motocicleta y pagarle todo por adelantado (y sin un solo comprobante o registro). En fin, que me timó bien timado. Sobre todo por los problemas que más adelante tendría con el dichoso ciclomotor.
Una vez instalado, me di una vuelta en moto para probarla. Me acerqué hasta un especie de mercadillo, al borde de un bonito acantilado y regresé a mi habitación. Luego me fui a la playa andando, aunque más adelante descubriría que debería haberlo hecho con mi vehículo, que por algo lo tenía. Me quedé en la pequeña playa de South Anjuna, que es donde había más ambiente. En dos de los tres chiringuitos pinchaban música trance a todo volumen desde primera hora de la mañana. Comí en uno de ellos y por la tarde volví a tomar la moto. No sé todavía como, pero perdí las llaves de ésta, justo antes de que se pusiera el sol. Estuve dando vueltas por todo el pueblo pero no aparecieron. Tendría que encontrar a Sahi para comunicarle la mala noticia. Después de cenar en un restaurante desolado, me metí en un cibercafé. Me acosté bastante pronto pues no encontré ningún bar cercano que estuviera animado, pero no pude dormirme hasta tarde pues mis vecinos israelíes no pararon de pinchar música techno a todo volumen hasta las tantas de la madrugada. Además, por desgracia, esa sería la tónica de las noches siguientes, un horror. Mi pensión parecía el epicentro de una rave israelí continua.

Domingo 24 de febrero
Anjuna
Decidí ir en moto-taxi hasta Arambol, una localidad más al norte que me había recomendado mi amigo Ricardo. Tras un trayecto bastante largo, de casi una hora (no hubiera llegado nunca con mi moto), llegué a este tranquilo y bello paraje. Atravesé su gran playa principal hasta alcanzar otra, más pequeña y acogedora. Buscaba la comunidad de hippies que siguen viviendo en los árboles del bosque situado en sus aledaños. Me metí por un largo y estrecho caminillo a través de los arbustos, que me llevó a una especie de altar a los pies de un gran árbol, pero no conseguí avistar a los supuestos habitantes. Tan sólo había una pareja de turistas tan sorprendidos como yo. Entonces apareció un joven occidental y nos dijo que éramos bienvenidos y que sólo teníamos que descalzarnos, en señal de respeto. No me quedé mucho más tiempo allí.
De regreso a la playa, me bañé en el mar y comí en el único chiringuito de esa playa. Para volver a Anjuna tuve que pagar un poco más que a la ida. Para llegar hasta aquí se tiene que atravesar un gran río mediante un ferry gratuito para peatones y motocicletas. El barco va cargado hasta los topes y es frecuente que hayan accidentes por dicho motivo (hundimientos, para más señas, como sucedió con un ferry semejante días más tarde). Ya en mi pensión, hablé con Sahi que me dijo que la broma de las llaves me costaría 500 rupias, ya que había que cambiar las cerraduras. Lo más extraño es que al cabo de media hora la moto estaba ya lista. Pondría la mano en el fuego que no se cambió nada de nada, sino que me dio una llave de repuesto. Lo peor estaba por llegar, ya que entonces la moto no arrancó. Mi total inexperiencia con los vehículos de dos ruedas me supuso no saber arrancarla manualmente, y por lo tanto no poder disponer de ella un día más.

Lunes 25 de febrero
Anjuna
Una vez aclarado el arranque del ciclomotor, me fui a visitar a un amigo de mi tío, un antiguo jesuita que vive en esta localidad. Después de dar un montón de vueltas, conseguí hallar la casa, pero resulta que esta persona no se encontraba allí, sino que había ido unos días a Bombay con su mujer. Que mala suerte. A lo largo de dos días sucesivos volvería a la misma casa con idénticos resultados. Luego visité las localidades vecinas de Vagator y Chapora, que no están del todo mal, y acabé comiendo en el chiringuito habitual de South Anjuna, desde donde más tarde disfruté de la bella puesta de sol. Allí mismo había una pequeña colina desde donde se podía practicar el parapenting. Por la noche cené en el Starco’s, un hotel restaurante situado enfrente de la parada de autobús, donde conocí a Alex, un sueco de 19 años que pasaba una temporada en India, antes de enrolarse en la marina de su país. Éste me comentó que el Primrose Café, situado en Chapora, no estaba mal, y allí me dirigí. Debía ser todavía muy pronto porque el panorama estaba de lo más tranquilo. Me tomé una cerveza y me fui. Otro día regresaría y la cosa estaría mejor. Lo más curioso, es que en mi hotel, esa noche todos los israelíes estaban durmiendo...

Martes 26 de febrero
Anjuna
Quedé con Alex en el Starco’s y nos fuimos en nuestras motos a la playa de Little Vagator. Ésta era muy pequeña y apenas había nadie. Allí nos tomamos algo, y después él se marchó. Yo me quedé un rato más y me bañé, para más tarde volver a la playa de South Anjuna (en ésta tampoco no había demasiada gente). A las siete de la tarde nos volvimos a ver en nuestro punto de encuentro habitual, y nos dirigimos a un restaurante francés llamado Max, con un menú que no estuvo mal, y que nos costó un poco encontrar. Después regresamos al Starco’s, donde se encontraba una pareja de suecos veteranos amigos de Alex.

Miércoles 27 de febrero
A la una del mediodía, Alex no apareció, y después de esperarle media hora, me fui solo al mercadillo semanal de Anjuna que tiene lugar cada miércoles. Este mercadillo ha pasado de ser un cosa insignificante a contar con innumerables casetas y tenderetes en la actualidad. Incluso llega gente de localidades vecinas en barcas, que atracan en la playa de South Anjuna. Allí me di una vuelta y cambié mi toalla de baño por un sarón de color lila. Casualmente, me encontré con Thomas y su novia (no recuerdo su nombre), una pareja (él alemán y ella suiza) que viajó conmigo en el mismo avión que nos llevó de Frankfurt a Bombay. Me quedé con ellos y con una pareja canadiense amiga de éstos muy simpática. Lástima que yo al día siguiente me marchaba de aquí. Decidimos ir a tomar algo a la German Bakery (la de aquí no la conocía). Después quedamos para cenar más tarde en Chapora, donde se hospedaban ellos. Pero resulta que al salir de la German Bakery yo me quedé sin gasolina, en medio de la carretera, y ya a oscuras. Sahi, mi casero, me había dicho que tendría suficiente combustible para los cinco días... Por suerte, en India es mucho más fácil encontrar carburante que en Europa. Tan solo tuve que andar un centenar de metros y en una tienda me pusieron un litro de gasolina en una botella de plástico (de paso descubrí que Sahi también me había timado con el precio de la gasolina). Por fin acabé cenando en Willy’s, una pizzería bastante buena de Chapora con las dos parejas de antes. Y luego me acerqué yo solo al Primrose, que al ser más tarde que en la ocasión anterior, estaba mucho más animado. Pinchaban música electrónica y la pista de baile, al aire libre, estaba decorada con pinturas fluorescentes. También había un concurrido cibercafé en el interior del edificio. Alex, al que no había vuelto a ver (a pesar de pasarme por el Starco’s) me dijo que el Nine Bar también estaba bien, a partir de la puesta de sol, pero nunca llegué a visitarlo. Me perdí igualmente una de las conocidas Full Moon Party, o fiesta de la luna llena, que tienen lugar una vez al mes en esa localidad, y que duran casi todo un día, a ritmo de música trance y que se aguantan con la ayuda de todo tipo de sustancias tóxicas.

Jueves 28 de febrero
Panjim
Por la mañana tomé un bus a Mapusa, y de allí otro a Panjim. Fue la tercera y última vez que llegué a esta ciudad, porque por la tarde tomaría un bus nocturno que me llevaría más al sur, a Hampi. Dejé mi mochila delante de la agencia de viajes, me di un paseo por el templo de mi anterior visita, y comí en un restaurante recomendado en mi guía, el Delhi Durbar, que no estuvo mal. Bastante oscuro, como la mayoría de restaurantes que había visto hasta entonces, y con unos camareros vestidos (más bien disfrazados) de guardias indios de época. Luego di un paseo por la orilla del río Mandovi y me eché una siestecita en un banco. Después de pasarme por un cibercafé, me presenté a las siete de la tarde delante de la parada del autobús a Hampi.


Si valoro mi experiencia de unos 15 días en Goa, me quedo definitivamente con mi estancia en Palolem, un pequeño paraíso, tanto por su belleza (sin duda, una de las playas más bonitas de este Estado), como por sus reducidas dimensiones (a diferencia de Anjuna, donde es necesaria la moto) y por su tranquilidad. Arambol también es un buen sitio para aquellos que busquen un poco de paz y relajación. Todos los que busquen las fiestas y la “movida” electrónica, tendrán que quedarse en Anjuna y alrededores (Chapora, Vagator...). Aunque sin duda todas las playas de Goa son un lugar idóneo (y muy turístico) para descansar, después de pasar por un hervidero como Bombay. Y por supuesto no hay que perderse las increíbles ruinas e iglesias de Old Goa, ni la agradable capital Panjim.

10 de octubre de 2007

Crónicas indianas (1)

Jueves 14 de febrero
Bombay

Mi llegada a Bombay, a las tantas de la madrugada, fue de lo más desalentadora. Después de pasar por los inevitables trámites de inmigración, de recoger mi mochila -que por alguna desconocida razón estaba empapada (llegué a pensar entonces que algún shampoo se habría reventado, pero debió ser simplemente la lluvia)- y de cambiar dinero (a un cambio paupérrimo), opté por tomar un taxi prepagado que me dejara en mi hotel. Éste estaba situado en Colaba, una de las zonas populares de Bombay, cuya reserva no había acabado de formalizar por internet. Nada más salir al exterior, pude notar el habitual calor de la India. Me embargó una sensación de haber entrado en una sauna o baño turco. El taxista, un sij tocado con su turbante característico, inició la larga ruta después de haberse tirado un sonoro pedo (y después de haberme hecho esperar unos minutos en su auto aguardando todavía no sé que). Nada más salir, después que yo le indicase el nombre de mi hotel, el conductor me preguntó si tenía una reserva y si quería ir a otro establecimiento muy barato. Ya estaba prevenido de este tipo de situaciones y mi respuesta fue que no, que ya tenía reservada una habitación (lo que no era del todo cierto). Después de unos tres cuartos de hora, en los que recuerdo que el viejo coche se saltó tropecientos semáforos (aunque todo sea dicho, no había ni un alma en las, más adelante, bulliciosas calles de Bombay), llegamos a nuestro destino, el Hotel Gulf. Reconozco que durante el trayecto no pude evitar pensar en lo peor, es decir que el taxista me llevase a un lugar desértico, me robara y me dejara tirado allí. Afortunadamente, esto no ocurrió. Pero desafortunadamente, el conductor se equivocó de hotel. Mejor dicho, se produjo una lamentable confusión. El lugar en el que me dejó fue el Gulf Hotel, que no tenía nada que ver con el anteriormente mencionado. Ignoro si fui yo quien intercambié el nombre, pero después de darle una propina (menos de lo que descaradamente me pidió), y una vez que ya se hubiera largado, me encaminé hacia el modesto edificio. La primera impresión fue lamentable, al ver un par de tipos durmiendo en el suelo, a sus puertas. Peor aún fue subir en su ascensor, en el que perplejo vi que también servía de cama a una tercera persona. Eso no fue todo. Una vez arriba, tras enseñar mis papeles de la supuesta reserva a través de internet, me aseguraron que estaban llenos y que además ese no era mi hotel. Me dijeron que el Hotel Gulf se encontraba a la vuelta de la esquina, lo que no me creí en absoluto, no sé porqué. La situación no podía ser más deprimente: a las tantas de la madrugada en un país extraño, cansadísimo y sin hotel. Gracias a Dios, uno de los empleados se ofreció a acompañarme hasta el otro establecimiento, detalle que nunca dejaré de agradecerle (a este sí que le di una buenísima propina). Efectivamente, el nuevo hotel se encontraba a escasos metros del primero, y lo mejor es que no estaba lleno. Después de mostrar mis papeles, que ignoraron olímpicamente, me dijeron el precio de las distintas habitaciones: 900 rupias (unas 3.600 pesetas) la doble con lavabo, tele y aire acondicionado; y 200 rupias la individual sin todas estas comodidades. Por ser la primera noche, decidí darme algo de confort y opté por la doble. Ésta no disponía de ninguna ventana, era minúscula, y lo que es peor, se encontraba al lado de la recepción, por lo que se oían ruidos a todas horas. Pese a todo esto, acepté gustosamente pues ya no tenía ganas de ninguna sorpresa más. Por los nervios y la tensión del viaje no dormí demasiado bien, y me pareció escuchar unos ruidos extraños provenientes del piso superior. Esa primera noche creí que se trataba de algún animal, un perro por ejemplo. Qué iluso. Un día más tarde entendería, con horror, que esos ruidos aleatorios que se escuchaban por todas las paredes no eran más que los de ratas atrapadas entre los distintos tabiques del hotel. Y entonces si que necesité de mi walkman para conciliar el sueño.

Viernes 15 de febrero
Bombay
Salí sin desayunar a descubrir la ciudad. Llegué hasta la Puerta de la India, lugar turístico por excelencia, situado en las proximidades del hotel, y delante del cual varios turistas indios se fotografiaban (yo curiosamente no tomé ninguna instantánea, pensando que volvería a pasar más veces). Intenté encontrar alguna cabina de teléfono para llamar a mis padres, pero en la calle no se veía ninguna. Empezaron a abordarme taxistas que me ofrecían tours de la ciudad, mencionando todos ellos los típicos lugares turísticos. Tras darles a todos negativas, me dirigí hacia un locutorio telefónico. Por el camino, una niñita no cesó de pedirme dinero y hasta incluso que le comprara comida. No me dejó hasta que me metí en el establecimiento, que también disponía de conexión a internet. Después de un intento fallido de llamada a cobro revertido a través de “España directo”, conseguí hablar con mis padres en Barcelona y decirles que me encontraba bien, pese a la peripecia del hotel. Acto seguido, me puse a deambular sin rumbo fijo a través de las agitadas calles de Colaba. Reconozco que me agobié, y que me empecé a preguntar que demonios hacía yo en este país. Finalmente, por pura casualidad, llegué hasta el “Salvation Army”, uno de los hostales más baratos de la ciudad (se halla en muchas de las principales ciudades indias), y comí allí un menú por un precio realmente módico. Si mi memoria no me falla, unas 12 rupias (48 pesetas), en las que se incluía un plato de pasta bastante picante, una sopa y una fruta exótica y dulce que parecía una patata (de cuyo nombre me es imposible recordar). Allí, aparte de ver a algunos viajeros, con los que no intercambié ninguna palabra, entablé conversación con uno de los amables camareros. Este me ofreció hacer un tour de la ciudad en el taxi de un amigo suyo. Como no tenía nada planeado, me pareció una buena idea. Después de regatear un poco el precio (mucho menos de lo que hubiera debido), acordamos que vendría a buscarme al cabo de un rato. El camarero ya me había avisado que el tour incluía la visita de un par de tiendas (en las que el taxista se llevaría una comisión), pero que no tenía que comprar nada si no quería. Cuando llegó el conductor, intentó empezar por la parte comercial, algo a lo que yo me negué tajantemente, diciéndole que mejor dejarlo para el final. Nos sumergimos los dos en un tráfico diabólico, en el que los continuos bocinazos y cruces entre vehículos eran algo totalmente natural. Primero nos detuvimos un instante (el tiempo de que yo tomara un par de fotos) delante de la bonita universidad de la ciudad, un espectacular edificio victoriano situado enfrente del larguísimo paseo marítimo de la bahía de Back, bañada por el mar Arábigo. Continuamos hacia el norte por Marine Drive, sin pararnos en Chowpatty Beach (la única playa de la gran urbe y muy poco recomendable para bañarse) hasta llegar a Malabar Hill, la colina por excelencia de Bombay. Allí, después de una breve visita a un pequeño templo, situado al inicio de la serpenteante carretera, llegamos hasta los Jardines Colgantes. Estos sirven de lugar de reposo para todo tipo de ciudadanos, desde las parejas de enamorados, hasta los numerosos grupos de escolares. Allí tuve mi primer susto, al encontrarme con un hombre que extrajo de un saco que llevaba colgando una cobra, y que parecía dispuesto a hacerla bailar al son de su flauta si le daba unas cuantas rupias. Dije que no, gracias, y desaparecí rápidamente. Estuve una hora paseándome por los jardines y el parque adyacente.
Cuando regresé al coche, pasamos por delante de las Torres del Silencio, lugares donde se abandonan los cuerpos de los muertos para que sean picoteados por los buitres y se “purifiquen” de esta manera. Claro que dichas torres no se pueden visitar a menos que se acuda a uno de estos particulares funerales. Desde allí nos dirigimos hasta el museo del Mahatma Gandhi, donde se explica detalladamente mediante fotos, escritos y escenografías, la vida y los momentos estelares de dicha figura pública de tal importancia para la India. Nuestra siguiente y brevísima parada fue delante de los Dhobi Ghats o lavaderos municipales, donde centenas de personas lavan afanosamente la ropa proveniente de todos los rincones de Bombay. Finalmente, mi amable conductor me esperó a las puertas de la impresionante estación principal de Chatrapathi Shivaji, también conocida como Victoria Terminus, un colosal edificio que mezcla los estilos barroco, victoriano y góticos a partes iguales. Allí, después de preguntar media docena de veces, conseguí dar con el mostrador reservado a turistas extranjeros, que resultó estar cerrado. Mi objetivo era adquirir un billete para las tentadoras playas de Goa, misión que dejé para la mañana siguiente.
Ya solo me quedaba afrontar las tiendas incluidas en el tour. Fueron dos, situadas en pleno centro de Colaba. En la primera no compré nada, pese a los continuos esfuerzos de un vendedor empeñado en colocarme carísimos pañuelos y bufandas de cachemira, entre otros muchos artículos. En el segundo establecimiento, mi resistencia ya no llegó a tanto. Acabé haciéndome con un mantel de mesa que más adelante utilizaría como toalla de ducha. Una vez finalizada mi adquisición, regresé al taxi y le pedí a su conductor que me dejara en el vecino Prince of Wales Museum. Acabé dándole incluso una buena propina. El museo, bastante aburrido, comprendía una vasta colección de esculturas, cuadros y tejidos hindúes. Sólo su parte final, la de historia natural, con algunos ejemplares disecados realmente impactantes, me entretuvo. Una vez concluida la visita, me dirigí hacia el paseo marítimo (que curiosamente me recordó un poco al Malecón de La Havana) donde contemplé la puesta de sol. Acto seguido me perdí por las callezuelas de Colaba y me metí en uno de los numerosos y baratos cibercafés de la zona, donde me dispuse a escribir la primera de mis crónicas del viaje en mi web personal. Y acabé cenando en Leopold’s, un lugar aceptable infestado de turistas extranjeros. Allí compartí mesa con Himanshu, un simpático hombre de negocios procedente de Gujarat (todavía no habían tenido lugar los violentos disturbios acontecidos poco después en esa zona). Éste me invitó a una cerveza (bastante cara debidos a las tasas locales), que cargó en su cuenta como gasto de empresa. Una vez terminado, nos despedimos y regresé a mi hotel, donde estuve viendo la televisión durante un rato. Debido a mi cansancio, me dormí rápidamente, pero al cabo de un par de horas los extraños ruidos del día anterior me desvelaron. Las malditas ratas no paraban de pasearse por todos lados, y la sensación era realmente angustiante y de impotencia. Sabía que no tenían ningún lugar por donde entrar, pero escuchar sus movimientos me impedía pegar ojo. Cosa que al final conseguí, como ya he dicho antes, gracias a la música de mi walkman.

Sábado 16 de febrero
Bombay
Por la mañana dejé el hotel, que me había salido carísimo para los precios habituales de la India (Bombay es la ciudad más cara del país), y me dirigí a la estación de tren. Mi decepción no pudo ser mayor cuando comprobé que no quedaban plazas a Goa para las dos siguientes jornadas (mi idea era tomar un tren nocturno y durante el día visitar la isla de Elephanta y sus cuevas). Pero allí mismo un personaje me llevó a un puesto de autobuses, y me convenció para que tomara un bus de 17 horas hasta las conocidas playas. La idea no era demasiado tentadora, pero con sólo pensar que tendría que pasarme por lo menos 48 horas más en Bombay, me decidí inmediatamente. Como no, pagué la novatada a un precio bastante elevado. El autocar salía en un par de horas, creía yo que desde la vecina estación. No podía estar más equivocado. Para pasar el tiempo y comer algo me fui a un vecino McDonald’s, donde probé la MCMaharajá, una hamburguesa picante bastante buena (no sé exactamente de que tipo de carne estaba compuesta). A la una y media del mediodía, me presenté donde había comprado mi billete. Un anciano debilucho me dijo que le acompañara hasta el autocar. Mi suplicio acababa de empezar. Con mi mochila a cuestas y un calor de mil demonios anduvimos por el centro de Bombay durante casi media hora hasta llegar a la maldita parada. Al cabo de 10 minutos de caminata, le pregunté al viejo indio si faltaba mucho y me respondió que no, que casi estábamos. A todo esto, yo tenía que seguirle mientras sorteaba el peligroso tráfico cruzando a través de cualquier lugar. Lo peor fue cerca del final. Yo ya estaba mosqueado porque se acercaban las dos (hora de salida del autocar) y todavía no habíamos llegado. Entonces mi guía preguntó a alguien una indicación. ¡Lo que faltaba! El buen hombre no sabía ni donde estaba la parada. Eso ya me puso a mil por hora. Porque aparte de la caminata, del peso y del calor, creía que iba a perder el bus. Finalmente, conseguimos llegar a las dos peladas. Yo estaba cabreadísimo y le dije al viejo que si llego a saber que la parada estaba tan lejos podríamos haber tomado un rickshaw. Este ni se inmutó y me pidió una propina, a lo que yo me hice el sueco y me metí en el autocar sin darle nada. Pero dentro de éste, un chaval me empezó a insistir en que le diese 50 rupias por haber metido mi mochila en el portaequipajes. Como me pareció mucho dinero, pregunté a una pareja de extranjeros que se encontraba al lado, y me dijeron que no había que pagar absolutamente nada. Pero el niño no paró de insistir, con una rabia sorprendente, hasta que le di 20 rupias y por fin se marchó. El largo viaje fue mejor de lo esperado. Mi lugar era una litera que se encontraba en la parte superior del bus. Desde allí pude ver los enormes y escalofriantes suburbios de Bombay, donde miles de chabolas se apiñan en un paisaje sobrecogedor. Abandonar la ciudad no fue fácil. El densísimo tráfico nos retuvo allí casi dos horas.


Sin duda Bombay me produjo un shock, pues fue mi primer contacto con India. Además, la había glamourizado bastante, y no pensaba en absoluto en encontrarme con lo que vi: un lugar caótico, superpoblado, sucio y con una vivísima mezcla de olores. No obstante, a posteriori, y tras cuatro meses en los lugares más diversos del país, opino que no es un lugar tan abominable como algunos dicen, incluso es bastante bonito, pese a que no hayan demasiadas cosas que hacer allí. Encima, me quedé con las ganas de visitar la isla de Elephanta y sus cuevas esculpidas de templos budistas.