11 de julio de 2011

Mi festival Cruïlla 2011

Era la primera vez que asistía a este festival ubicado en el Fòrum de Barcelona (de hecho, ésta fue la segunda edición en esta misma localidad, pues anteriormente tenía lugar en Mataró) y gracias a la invitaciones que mi colega Borja me cedió amablemente, no tuve que pagar ninguno de los dos días.

El viernes empezó con buen pie con la actuación de Iron & Wine en el escenario principal. Ya les había visto en el Apolo hace un par de años, pero en esta ocasión me gustaron más. Con una gran sección de vientos, ofrecieron un conciertazo de lo más animado. Tengo pendiente escuchar su nuevo disco, que se ve que es más reposado que el directo que ofrecieron.
Luego pasamos a ver al conjunto catalán La iaia, que me dejó una muy buena impresión, recordándome a Manel. Tras unos temas, nos desplazamos al escenario Cutty Sark para ver el bolo en homenaje a Mama Afrika. Soul de calidad por un tubo.
A Antònia Font me los perdí, y antes de Jack Johnson vi un rato el reggae-dub de Fat Freddy's Drop que no acabó de convencerme.
La estrella de la noche era Jack Johnson, y disfruté con su bolo, aunque me gustó más en su última visita a Badalona. La verdad es que en directo sigue siendo bastante soso, aunque suene bien. El momento friki de la noche fue cuando subió al escenario a cantar en un tema el Doctor Estivill con su mujer, que en los setenta tenían un grupo de folk. Se ve que es amigo de su familia, y la cosa no pasó de mera anécdota.

Tras Johnson vi un par de temas de Maika Makovski, la PJ Harvey catalana, que me gustó mucho, y luego nos fuimos a ver Delafé y las flores azules, que lo dieron todo, aunque el sonido no fuese óptimo.
Más tarde disfrutamos del reggae de los históricos Max Romeo y Lee Scratch Perry, y escuchamos algún tema de los divertidos catalanes Very Pomelo. Y nos retiramos sin prestar atención a The Heavy.

El domingo hubo un cambio de horarios porque el transporte del backline de dEUS se retrasó. Y me perdí a los Tiki Phantoms, que tocaron a primera hora de la tarde, una lástima. Vi a Retribution, que no me acabaron de convencer (solo en los temas más cañeros), Ivette Nadal me aburrió y pasé de Calle 13. Madness, a los que vi en Sónar de hace años (y que no me gustaron nada) me convencieron, aunque su bolo fuese irregular. Buen inicio y final, parte central muy plana y demasiado pachanguera. Y tras reírme con el friki de Joan Colomo, disfruté con el mejor concierto del festival: Public Enemy, a los que nunca había visto. Una auténtica demostración de poderío rapero. Tras ellos me retiré, pues dEUS estaba a punto de finalizar.

En resumen, un festival bien organizado, de buen rollo, y con no demasiada gente. Un placer.