22 de julio de 2009

Madonna: sal gorda para las masas


Creo que el título del post lo dice todo. La actuación de Madonna de ayer estuvo bien en términos generales. Convenció a sus fans, pero si nos ponemos a hilar un poco más fino, podemos encontrarle unos cuantos problemas:
- ¿Qué le ha dado a la Ciccone con la guitarra? Desde que en el excelente concierto de verano del 2001 en el Sant Jordi (ese sí que fue un espectáculo para sacarse el sombrero), Madonna empezó a lucir una Gibson, parece que su afición por las seis cuerdas se ha desenfrenado... El problema es que no debía llevarla conectada, porque apenas se escuchaban sus acordes... Se me ocurre que lo de la guitarra es la excusa perfecta para descansar el cuerpo y no tener que bailar... Porque en canciones como "Frozen", y especialmente "Ray of light", ¿a qué coño viene lo de tocar este instrumento?
- La entonación no fue su fuerte. En estos dos mismos temas citados, Madonna no lo bordó precisamente... Además, en el concierto hubieron demasiados coros pregabados, se nota demasiado el playback... Un bluff a nivel musical, pues.
- Algunos temas clásicos con versiones deplorables: ¿A qué viene destrozar "La isla bonita" con una lamentable interpretación a lo zíngaro-rock? No estamos ante Gogol Bordello... Peor aún fue el tema que se marcaron esta banda de pseudo-gitanos, que parecían sacados de la plaza Cataluña... Una cosa es que acompañen a Madonna, pero dejarles tocar una canción solo ellos tiene mucho delito!!!
Por no hablar de la versión techno chunga de la bonita "Like a prayer"...
- Más música y menos videoclips: hasta entre tres ocasiones sonaron canciones enteras en las que la diva rubia no estaba en el escenario... Especialmente "Die another day", con unos boxeadores tailandeses encima de un ring, fue demencial...
- Mucha espectacularidad visual pero poca enjundia: en su anterior visita del 2001, el diseño del escenario y la coreografía fue realmente impactante. Recuerdo unas geishas japonesas voladoras impresionantes. Aquí todo se ha vuelto banal. De acuerdo, unas imágenes audiovisuales impactantes en ocasiones, pero poco más...
- Menos cambios de vestuario y más teca: Madonna se cambió como ocho veces de ropa... Esto ralentizó el show, que duró casi dos horas, pero que de música efectiva creo que no llegó a la hora y cuarto...

En definitiva, un espectáculo de sal gorda para muy fans. He de reconocer que Madonna, a sus 51 tacos, está en buena forma física (que no tanto vocal). Pero si no fuera por sus dudosas reinterpretaciones de sus viejos éxitos, el concierto hubiera sido mucho mejor. Al final lo que se salvó fueron los nuevos temas, muchos (hasta ocho o nueve). Los bailarines bien como siempre, pero después del exquisito manjar del 2001, lo de ayer se antoja como una sombra muy muy descafeinada...
Y por un precio descabellado: 72 euros la entrada de pista (no se llenó el Estadio Olímpico, solo 45.000 personas) que servirán para pagar el costoso divorcio de su marido Guy Ritchie...

La vergüenza de vivir en Barcelona

Y de tener un alcalde como Jordi Hereu, al que parecen importarle muy poco sus conciudadanos. Hereu tendría que haber escarmentado, tras no haber alargado el metro más allá de la una de la noche, después del primer concierto de U2.
Pues no. Los tropecientos mil asistentes que hemos visto a Madonna esta pasada noche (ya hablaré por la mañana del concierto, porque tiene tela...Tan solo avanzar que le dió mil vueltas el del 2001) nos hemos quedado pasmados al comprobar que el metro había cerrado sus puertas tal como es habitual, a la medianoche (el concierto ha finalizado pasadas las doce y media, y con el colapso habitual de Montjuich, los transeúntes no hemos llegado a plaza España hasta la una de la noche).
Pues bien, he tenido que volver a patear esta puta ciudad tercermundista hasta poder coger un taxi en ¡Balmes con Gran Vía!
Hereu, haznos un favor a todos y dimite ya de una puta vez...

21 de julio de 2009

"Harry Potter y el misterio del príncipe" y "V.O.S."


La sexta entrega de Harry Potter ha recibido incomprensibles (a mi entender) malas críticas por parte de algunos fans de la saga. No es que me guste ir a contracorriente, pero este último capítulo lo considero infinitamente superior al aburridísimo episodio precedente... No he leído los libros, y obviamente ignoro cuales de las partes son inventadas, pero como película, "Harry Potter y el misterio del príncipe" es francamente entretenida.
Tampoco entiendo las críticas a la falta de ritmo. Todos los films de Potter son muy largos (tirando a dos horas y media), y el único que se me hizo pesado fue la quinta parte (y quizás también un poco la tercera). Mis favoritas en el ranking potteriano serían la cuarta y esta sexta.
La gracia de la saga es ver como los protagonistas van creciendo. Ya no son niños, sino adolescentes con sus consabidas hormonas. Aunque todo en un tono megalight, que nadie se lleve a espanto... La frase ridícula de la cinta es cuando Dumbledore le dice a Harry que se afeite, cuando éste no tiene ni un rastro de sombra folicular en su rostro...
El final resulta cuanto menos inquietante, con una terrorífica horda de zombis en una muy lúgubre caverna... Espero con ganas la última entrega, que estará dividida en dos largometrajes dada la extensión del libro.

Por otro lado, "V.O.S." de Cesc Gay, basada en la obra de teatro homónima de Carol López, no está mal. Sin haber visto la obra, que seguro que está muy bien (vi sin embargo "Germanes", que me encantó), tengo que decir que como película es correcta, pero bastante más inferior a sus excelentes films anteriores como "Ficció", "Krámpack" o "En la ciudad". Gay opta por adaptar la obra de una manera original: la acción acontecida forma parte en realidad del rodaje de un film. Pero éste resulta estar integrado dentro de lo narrado. Es difícil de explicar, pero el resultado descoloca bastante al inicio, aunque luego acabas acostumbrándote.
Los actores, los mismos de la versión teatral, están soberbios, eso sí.

"El club" y "El cor de la ciutat", dos despedidas que pesan


Las sobremesas de TV3 ya no volverán a ser lo mismo. Me explico.
El viernes pasado finalizó el magazine de tardes "El club", presentado y dirigido por Albert Om. Celebraban su programa número 1000, tras cinco temporadas en antena. Siempre he sido amante de cifras redondas, y me parece pues una buena despedida. Además, el programa se emitió excepcionalmente desde el Palau de la Música, y fue una gran fiesta. Los minutos finales, con una versión sui géneris de la canción de Jaume Sisa "Qualsevol nit por sortir el sol", rebautizada como "Qualsevol nit pot tornar el Club", ya daban pistas de lo que acontecerá en un futuro, esperemos que no demasiado lejano.
Y es que pondría la mano en el fuego que Om volverá, seguramente en otra franja horaria, con su mismo y excelente equipo. Las tardes de TV3 quedan huérfanas de uno de los magazines más frescos y entretenidos que se han hecho nunca. Frente a la inmundicie del resto de canales, era muy de agradecer lo que nos cocinaba Om y compañía. El que fue el sustituto de Julia Otero, que también se hizo con las tardes, a su manera, consiguió no solo hacer olvidar a esta gran profesional, sino incluso superarla. El mérito no es solo de él ni de su equipo, sino de todo un elenco de estupendos colaboradores, que ha ido variando a lo largo de los cinco años. Añoraré el Club.
Por otro lado, el culebrón nostrat, "El cor de la ciutat", también se despidió a lo grande el pasado domingo por la noche. Un capítulo doble (o triple) en el que se finiquitaron todos los cabos sueltos.Esta novena y última temporada empezó floja, pero enseguida se puso interesante, con un crimen accidental que se convirtió en el principal eje de suspense de la trama. La cosa se embrolló hasta extremos inverosímiles, pero el final ha sido purificador: todos los malos mueren, incluso los no tan malos... Ha habido dos villanos antológicos: Orpinell y Gerard. Este último, interpretado por Ferran Rañé, ya ha adquirido un puesto en el Olimpo de los megamalvados de los culebrones catalanes...
Lo mejor de todo, sin embargo, fue poder ver el avance de la próxima temporada, en los títulos de crédito finales. Vuelven muchos viejos conocidos como el joven Max (que parece un yonki total), o la familia de Narcís (el retrasado que es clavado al cantante de Coldplay), exiliada en Colombia. Sin embargo, El cor solo durará hasta estas navidades, cuando finalizará definitivamente. Penita pena...
Para saciar nuestro mono hasta después del verano, TV3 ha optado por ofrecernos "Històries del cor", una especie de montaje alternativo centrado en las principales familias de la teleserie. Ayer el capítulo 1, dedicado a los Peris, rememoró a velocidad de infarto las desgracias del David (en menos de media hora ya se había hecho skinhead, y al finalizar el episodio ya estaba en la cárcel...). Son pues píldoras concentradas del Cor, a base de tijera, que sirven como una buena metadona a la abstinencia... El problema será cuando se acabe definitivamente el tinglado...Auguro protestas y cabreos colosales...

17 de julio de 2009

"Brüno", "Paranoid Park" y "Paintball"


Triplete: tres películas en tres días.
Martes 14, 20h20, Boliche: "Brüno". La nueva comedia de Sacha Baron Cohen. Francamente, me la esperaba mejor. Su precedente, "Borat", es bastante más divertida, aunque no puedo negar que "Brüno" cuenta con algunos momentos memorables. Al menos es un film que va de menos a más. Empieza floja y se va creciendo. Es mucho más guarra, pero dudo mucho que la mayoría de entrevistas sean reales. Es cierto que la lió en un desfile de Agatha Ruiz de la Prada en Milán, pero las escenas finales huelen a falso por todos lados, así como muchas otras. Pese a todo, "Brüno" no deja de ser una crítica desaforada al mundo de la moda y del famoseo, descargando mala baba con los gays y el sexo en general (tremendas las escenas de Brüno, su novio pigmeo y la máquina consoladora, así como la fiesta de swingers...). Quién disfrutó con "Borat" seguramente reirá, el resto se la puede ahorrar. Aunque Sacha siga siendo enorme.

Miércoles 15, 18h20, Verdi Park: "Paranoid Park". Parece que Gus Van Sant le ha vuelto a coger el gusto al cine independiente. Desde la enorme "Elephant" (con la que tiene no pocos puntos en común), el director de Portland ha rehecho su carrera, gracias a films como estos o "Last days". "Paranoid Park" no es una cinta para todos los públicos. Se trata de cine de autor, nada comercial. O sea, los que no aguanten un ritmo pausado, en ocasiones casi onírico, largas secuencias sin diálogos (pero con un uso de la música magistral), que se hagan un favor y se abstengan de verla.
Un servidor, aunque tenga fama de ver solo bazofia comercial yankee, que también, no le hace ascos tampoco a ciertos directores como Van Sant. Éste se muestra totalmente fascinado con el universo adolescente, y prescinde de la narración cronológica para contar una historia que no tiene conclusión. Es lo de menos. Lo importante es el retrato de la solitud de un joven skater ante un terrible suceso. De la incomunicación existente en esta sociedad. Van Sant no juzga al protagonista, aunque por algunos de sus planos, parece que lo idolatre. Un aviso a navegantes: como solo la dan en el Verdi Park, y se ha estrenado con mucho retraso, quién quiera verla que no se cuelgue demasiado, porque no le auguro una larga estancia en la pantalla de Gracia...

Jueves 16, 21h30, Cinesa Diagonal Mar: "Paintball".
Quería ver esta peli por una de mis particulares intuiciones, y no me ha fallado el instinto. Pese a ser tan solo tres personas en la sala, que la dan en pocos cines y en una única sesión (o sea, que apuesto que saltará ya de la cartelera), "Paintball" es una notable y modesta cinta de terror. Es una producción de Filmax rodada aquí, dirigida por el debutante Daniel Benmayor y rodada con actores extranjeros. Pasa íntegramente en un bosque, por lo que se puede colar en norteamérica sin ningún problema. La trama es muy sencilla: unos jóvenes seleccionados para un campeonato de Paintball europeo descubren con horror que alguien les está cazando con balas reales. Y tienen que sobrevivir... Esta cinta tiene ciertos paralelismos con otra gran peli española, "El rey de la montaña", en la que Leonardo Sbaraglia era perseguido, sin entender porqué, por un francotirador en medio de un bosque. "Paintball" asisimismo puede también relacionarse con "Hostel" por una razón que no revelaré para no chafar la sorpresa. Durante toda la proyección te encuentras en tensión, hasta el no menos electrizante desenlace final. El único punto negativo es su nerviosa cámara, que marea bastante. Imagino que el uso de la steadycam sale por un ojo de la cara para tan modesto presupuesto, pero un poco más de "estabilidad" se hubiera agradecido. El resto, se disfruta tanto como una buena cinta de serie B del festival de Sitges.
Y esta tarde, la última de Harry Potter...

12 de julio de 2009

Metallica, el concierto del año


Se hicieron esperar, pero valió la pena. Vaya si valió la pena. Metallica encabezaron el cartel del festival Sonisphere, y arrasaron la Ciudad Condal delante de 40.000 metalheads (unos cuantos poco amantes del desodorante, por desgracia...).
Era la tercera vez que los veía (la primera fue en el Sant Jordi con el escenario circular de la gira de "Load", y la siguiente en el Doctor Music Day del Estadio Olímpico, hace 6 años) y sin duda esta última ha sido la mejor de todas (y eso que las anteriores también fueron increíbles). Pasaban veinte minutos de la medianoche, y los cuatro fantásticos se hacían esperar (fue el único concierto que empezó con retraso del festival). Pero las dos horas largas que duró su concierto fueron demoledoras. Con un sonido impecable, un repertorio plagado de viejos temas y una altísima motivación, Metallica arrolló nuevamente. Es una máquina de metal perfecta.
El setlist fue el siguiente:

• Fight Fire With Fire
• Creeping Death
• No Remorse
• Of Wolf And Man
• Fade To Black
• Broken, Beat And Scarred
• My Apocalypse
• Sad But True
• One
• All Nightmare Long
• The Day That Never Comes
• Master Of Puppets
• Blackened
• Nothing Else Matters
• Enter Sandman

• Stone Cold Crazy
• Phantom Lord
• Seek & Destroy

O sea, 3 temas de su debut "Kill'em all", 3 más de "Ride the lightning", 1 solo del "Master of puppets", 2 de "...And justice for all", 4 del "Black Album", ninguno de "Load", "Reload" y "St Anger", y finalmente 4 más de su último disco, el excelente "Death Magnetic".
Como veréis en el setlist quizás se echaron a faltar algunos clásicos como "For whom the bell tolls", "Battery" o "The thing that should not be", pero en líneas generales fue redondo. La sorpresa fue una muy metálica versión de Queen, "Stone Cold Crazy". Y el final, con un demoledor "Seek & destroy", fue antológico.
Hetfield explicó que el día antes se encontraba en silla de ruedas, con la espalda destrozada, y que gracias a un doctor que le hizo vudú pudo tocar ayer noche. Y se excusó por si se tenía que sentar (solo lo hizo, en un taburete, durante "Nothing else matters"). El bajista Robert Trujilllo volvió a demostrar que es una auténtcia máquina, y Kirk Hammet tampoco decepcionó con sus solos prodigiosos. El batería Lars Ulrich, también estuvo a la altura, aunque ya se le notan los años (al menos en la incipiente calvicie).
En definitiva, creo que de momento este será el concierto del año. Y veo muy difícil que alguien pueda superar semejante demostración de poderío encima de un escenario.
Basta decir que Metallica se estuvo despidiendo del público durante diez minutos, una vez finalizado el show. Algo que les honra, y que demuestra que se encuentra en un momento de forma inmejorable.
Respecto al resto de grupos que actuaron en el Sonisphere, pude ver a media tarde a Mastodon, que me gustaron aunque no me entusiasmaron (el sonido no era nada del otro mundo en el segundo escenario). A Lamb of God apenas los escuché desde lejos, en cambio sí que flipé con Down y el carisma de Phil Anselmo (ya les había visto el año pasado en su tremenda visita al Apolo). Además, el sol empezó a salir justo en su actuación, que fue nuevamente demoledora.
A Machine Head les vi un par de temas solo (estaba haciendo cola para comprar un bocadillo y bebidas), mientras que Slipknot hicieron un concierto brutal, pese a la baja de uno de sus percusionistas por tragedia familiar.
Respecto a la organización del festival, he de decir que esta fue mala: habían unas colas kilométricas para sacar tickets a media tarde, más colas demenciales en los stands de comida, y muy pocos lavabos (¿por qué no habían los típicos urinarios a la vista, clásicos de otros festivales del Fórum?). O sea, que cualquier valla o pared se convirtió en un improvisado mingitorio para el público masculino...
Al acabar el festival, sobre las dos y media de la noche, funcionaba el metro pero no el tranvía, y para evitar aglomeraciones decidí caminar hasta Glòries (todavía no me noto los pies)...
Próximo concierto, el martes 21 de julio: Madonna.

9 de julio de 2009

"Vosotros no sabéis", de Andrea Camilleri


He acabado de leer "Vosotros no sabéis", de Andrea Camilleri (editorial Salamandra), un muy recomendable ensayo sobre la detención del último capo de la mafia siciliana, Bernardo Provenzano, en abril de 2006.
El libro está estructurado en forma de diccionario, con entradas de casi todas las letras del alfabeto, que representan términos mafiosos. Camilleri se sirve de los "pizzini", los mensajes escritos a máquina que enviaba Provenzano a sus subordinados, y que pasaban de mano en mano de diferentes correos hasta llegar a su destinatario.
Queda patente el carácter templado del capo, que nunca ordena directamente sino más bien aconseja (aunque pobre aquel que opte por no hacerle caso...). Provenzano es un hombre profundamente religioso, y al contrario que su antecesor Toto Riina, conocido por sus terribles matanzas, es partidario de la estrategia de la "inmersión", es decir pasar completamente desapercibido durante unos años.
Tras 43 años desaparecido, la policía consiguió finalmente arrestarlo.
De lectura obligatoria para todos los interesados en la mafia, o para los seguidores de este gran escritor, creador del mítico personaje de ficción Inspector Montalbano.

En estos momentos estoy leyendo "La isla misteriosa" de Julio Verne, en un muy voluminoso ejemplar ilustrado que guardo para casa. Y para mis desplazamientos en metro empezaré "Calor", de Bill Buford, en el que el periodista norteamericano, autor del excelente "Entre los vándalos" (dónde convivió durante 8 años entre hooligans ingleses), se propone trabajar como pinche en el restaurante de un famoso chef italiano y relatar sus experiencias en la cocina. Creo que me gustará, pues soy bastante fan de los libros de este tipo, como los de Anthony Bourdain ("Confesiones de un chef").

A falta de pan..."Virtua Tennis 2009"


Tras dejarme explotar por Spanair durante dos semanas en el aeropuerto (globito azul atado a la cintura incluído), decidí darme una alegría y comprarme el "Virtua Tennis 2009". Este simulador arcade de Sega es simplemente entretenidísimo y muy fácil de manejar. Además de los partidos de exhibición, en los que podemos elegir entre hasta 20 tenistas de la élite mundial (hombres y mujeres), la principal baza del juego es el campeonato mundial, en el que creamos a nuestro propio jugador y tenemos que auparle hasta las primeras posiciones del ranking.
Por si esto no fuera suficiente, también se incluyen hasta 12 muy divertidos minijuegos que pondrán a prueba nuestra habilidades.
Hace años adquirí el "Top spin 2" para la X Box, un videojuego similar y también muy notable, pero esta última edición de "Virtua Tennis" es realmente una joya.

"Pagafantas", o el fracaso amoroso a través de tres animales


Memorizad estos animales: cobra, koala y lémur. Los tres tienen una importancia capital en "Pagafantas", excelente debut de Borja Cobeaga. Todos ellos representan una modalidad, a cual más odiosa, de estrepitoso fracaso amoroso.
No revelaré en qué consiste cada una (aunque a mí me ha caído más de una cobra), pero puedo confirmar que las risas están más que garantizadas.
Según la película, un pagafantas es aquel chico que está perdidamente enamorado de una chica, mientras que ésta le considera como su mejor amigo (y por consiguiente no para de ligar con otros machos alfa, para mortificación del primero).
"Pagafantas" es una de las comedias más frescas y recomendables de la actual cartelera, esperando que llegue el temible Sacha Baron Cohen con su estrafalario "Bruno"...

3 de julio de 2009

U2, segunda noche



Ayer repetí concierto de U2, esta vez situado en lo alto de la tercera gradería, justo detrás del escenario.
Como imaginaba, el repertorio varió poco, aunque en esta ocasión tocaron un par de temas interesantes: la muy antigua "Party girl" y "Electrical storm", que nunca habían tocado en directo. Sustituyeron "Angel of Harlem" por "Desire", no tocaron "In a little while", pero en los bises volvieron a interpretar "I'll go crazy if I don't get crazy tonight" en su versión clásica (antes la habían tocado en plan techno) para el rodaje de un videoclip. O sea, 24 canciones (2 más que el martes).
No conectaron con la Estación Espacial Internacional (mucho mejor, porque fue un coñazo), y Bono no se enfundó esta vez en la camiseta del Barça.
La visión desde mi localidad era buena (incluso daba un poco de vértigo), aunque los miembros del grupo apenas estuvieron tiempo mirando a nuestra grada.
Esta vez no fallaron en One, y el concierto pareció más fluido debido a haber menos interrupciones y parlamentos. Tampoco faltaron unas estrofas de "Billie Jean".
En definitiva, un concierto quizás un poco mejor, aunque ya sin el factor sorpresa o emocional del primero. Pese a todo, lo volví a disfrutar como el que más.

1 de julio de 2009

U2: el mejor espectáculo del mundo







Sin palabras estoy para describir lo que vi ayer. O, como diría Jesulín de Ubrique: IM-PRESIONANTE.
Era la cuarta vez que veía a los dublineses en mi ciudad (me perdí su "Vertigo tour" por hallarme en el extranjero), y sin ninguna duda éste ha sido su concierto más apabullante. En todos los sentidos: musical, espectacular, sentimental.
Quien pensara que estos cuarentones estaban acabados se equivocaba de largo. Simplemente, U2 se ha vuelto a superar.
Mucha culpa de ello lo tiene el alucinante escenario, ya conocido como "La garra" (o "el pulpo" para un saleroso sevillano). Permite que encontrándonos en medio de la pista del Camp Nou parezca que estemos casi tocando con el grupo. Y eso que no fui de los primeros fans que consiguieron entrar en su círculo interior... Dotado de unas pantallas circulares asombrosas, es simplemente un prodigio luminotécnico.
Mención aparte merece el sonido: impecable pese a su atronador volumen. Los gigantescos bafles, colgados de la parte superior de la estructura, seguro que no dejaron descansar a muchos vecinos...
El repertorio, también de nota. Con una lógica predominancia de su nuevo y excelente "No line on the horizon" (7 canciones: "Breathe", "No line on the horizon", "Get on your boots", "Magnificent", "Unknown caller", "I'll go crazy if I don't go crazy tonight" y "Moment of surrender"), clásicos ineludibles de "The Joshua tree" ("I still haven't found what I'm looking for", "Where the streets have no name" y "With or without you"), así como las también habituales "Pride (in the name of love)" o "Sunday bloody sunday" y "One". Y también alguna sorpresa: recuperon las antiguas "The unforgettable fire" y "MLK". No podía faltar tampoco un homenaje a Michael Jackson con algunas estrofas de "Man in the mirror" y "Don't stop till you get enough" tras dedicarle "Angel of Harlem". De sus hits más recientes, también tocaron "Beautiful day", "Walk on", "In a little while", "Vertigo" y "City of blinding lights". En la parte final, Bono se vistió con una chaqueta repleta de lásers rojos, y su micro se convirtió en una especie de volante/trapecio, con el que entonó "Ultraviolet". La década de los noventa fue la gran damnificada, con ningún tema del electrónico disco "Pop" ni de "Zooropa". Sin embargo, sí que hubo un sorprendente momento dance con una versión electrónica de "I'll go crazy...".
Tan solo hubo un momento de desconcierto en la interpretación de "One", en la que Bono o The Edge perdieron el tempo, y tuvieron que capear la cagada como pudieron.
No faltaron los mensajes pro-derechos humanos con la reivindicación de la líder birmana por la democracia Aung San Suu Kyi, que sigue con arresto domiciliario tras 14 años. Se repartieron unas caretas entre el público para que se las pusieran en el tema "Walk on". También se conectó en supuesto directo con la estación espacial (veremos si es exactamente igual mañana jueves) y se emitió un discurso de Desmond Tutu.
Bono se encontraba en plena forma, mientras que a The Edge se le veía un pelín serio o tenso. Mañana repetiré, pero desde grada, y contaré mis impresiones. Espero que el repertorio varíe un poco, aunque no creo que sea así. Desde aquí recomiendo que quién esté a tiempo de acudir, que lo haga, todavía quedan entradas.
Porque lo tengo claro, este va a ser el concierto del año. Y sino tiempo al tiempo...

Mención aparte merece la canallada que nos hizo nuestro impresentable ayuntamiento. Alargó el metro únicamente hasta la una de la madrugada, tiempo claramente insuficiente para dar abasto a los 90.000 espectadores allí presentes. Un servidor, tras patear hasta plaza de Sants porque la parada de Les Corts estaba colapsada, se encontró con que a la una y veinte ya no había más metro. Y para conseguir encontrar un taxi tuvo que caminar hasta Gran Vía con Rocafort (más de una hora desde el Camp Nou), porque la cola de personas en la estación de Sants era de miedo (y no había un solo taxi por los alrededores). Una nueva vergüenza para una ciudad que presume de encontrarse entre las mejores del mundo, y que a la postre resulta tener peores servicios que una del tercer mundo. Si uno no tiene vehículo propio (coche o moto), sencillamente está muerto. La lástima es que esto tampoco es nada nuevo...