21 de julio de 2009

"El club" y "El cor de la ciutat", dos despedidas que pesan


Las sobremesas de TV3 ya no volverán a ser lo mismo. Me explico.
El viernes pasado finalizó el magazine de tardes "El club", presentado y dirigido por Albert Om. Celebraban su programa número 1000, tras cinco temporadas en antena. Siempre he sido amante de cifras redondas, y me parece pues una buena despedida. Además, el programa se emitió excepcionalmente desde el Palau de la Música, y fue una gran fiesta. Los minutos finales, con una versión sui géneris de la canción de Jaume Sisa "Qualsevol nit por sortir el sol", rebautizada como "Qualsevol nit pot tornar el Club", ya daban pistas de lo que acontecerá en un futuro, esperemos que no demasiado lejano.
Y es que pondría la mano en el fuego que Om volverá, seguramente en otra franja horaria, con su mismo y excelente equipo. Las tardes de TV3 quedan huérfanas de uno de los magazines más frescos y entretenidos que se han hecho nunca. Frente a la inmundicie del resto de canales, era muy de agradecer lo que nos cocinaba Om y compañía. El que fue el sustituto de Julia Otero, que también se hizo con las tardes, a su manera, consiguió no solo hacer olvidar a esta gran profesional, sino incluso superarla. El mérito no es solo de él ni de su equipo, sino de todo un elenco de estupendos colaboradores, que ha ido variando a lo largo de los cinco años. Añoraré el Club.
Por otro lado, el culebrón nostrat, "El cor de la ciutat", también se despidió a lo grande el pasado domingo por la noche. Un capítulo doble (o triple) en el que se finiquitaron todos los cabos sueltos.Esta novena y última temporada empezó floja, pero enseguida se puso interesante, con un crimen accidental que se convirtió en el principal eje de suspense de la trama. La cosa se embrolló hasta extremos inverosímiles, pero el final ha sido purificador: todos los malos mueren, incluso los no tan malos... Ha habido dos villanos antológicos: Orpinell y Gerard. Este último, interpretado por Ferran Rañé, ya ha adquirido un puesto en el Olimpo de los megamalvados de los culebrones catalanes...
Lo mejor de todo, sin embargo, fue poder ver el avance de la próxima temporada, en los títulos de crédito finales. Vuelven muchos viejos conocidos como el joven Max (que parece un yonki total), o la familia de Narcís (el retrasado que es clavado al cantante de Coldplay), exiliada en Colombia. Sin embargo, El cor solo durará hasta estas navidades, cuando finalizará definitivamente. Penita pena...
Para saciar nuestro mono hasta después del verano, TV3 ha optado por ofrecernos "Històries del cor", una especie de montaje alternativo centrado en las principales familias de la teleserie. Ayer el capítulo 1, dedicado a los Peris, rememoró a velocidad de infarto las desgracias del David (en menos de media hora ya se había hecho skinhead, y al finalizar el episodio ya estaba en la cárcel...). Son pues píldoras concentradas del Cor, a base de tijera, que sirven como una buena metadona a la abstinencia... El problema será cuando se acabe definitivamente el tinglado...Auguro protestas y cabreos colosales...

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