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22 de julio de 2009
Madonna: sal gorda para las masas
Creo que el título del post lo dice todo. La actuación de Madonna de ayer estuvo bien en términos generales. Convenció a sus fans, pero si nos ponemos a hilar un poco más fino, podemos encontrarle unos cuantos problemas:
- ¿Qué le ha dado a la Ciccone con la guitarra? Desde que en el excelente concierto de verano del 2001 en el Sant Jordi (ese sí que fue un espectáculo para sacarse el sombrero), Madonna empezó a lucir una Gibson, parece que su afición por las seis cuerdas se ha desenfrenado... El problema es que no debía llevarla conectada, porque apenas se escuchaban sus acordes... Se me ocurre que lo de la guitarra es la excusa perfecta para descansar el cuerpo y no tener que bailar... Porque en canciones como "Frozen", y especialmente "Ray of light", ¿a qué coño viene lo de tocar este instrumento?
- La entonación no fue su fuerte. En estos dos mismos temas citados, Madonna no lo bordó precisamente... Además, en el concierto hubieron demasiados coros pregabados, se nota demasiado el playback... Un bluff a nivel musical, pues.
- Algunos temas clásicos con versiones deplorables: ¿A qué viene destrozar "La isla bonita" con una lamentable interpretación a lo zíngaro-rock? No estamos ante Gogol Bordello... Peor aún fue el tema que se marcaron esta banda de pseudo-gitanos, que parecían sacados de la plaza Cataluña... Una cosa es que acompañen a Madonna, pero dejarles tocar una canción solo ellos tiene mucho delito!!!
Por no hablar de la versión techno chunga de la bonita "Like a prayer"...
- Más música y menos videoclips: hasta entre tres ocasiones sonaron canciones enteras en las que la diva rubia no estaba en el escenario... Especialmente "Die another day", con unos boxeadores tailandeses encima de un ring, fue demencial...
- Mucha espectacularidad visual pero poca enjundia: en su anterior visita del 2001, el diseño del escenario y la coreografía fue realmente impactante. Recuerdo unas geishas japonesas voladoras impresionantes. Aquí todo se ha vuelto banal. De acuerdo, unas imágenes audiovisuales impactantes en ocasiones, pero poco más...
- Menos cambios de vestuario y más teca: Madonna se cambió como ocho veces de ropa... Esto ralentizó el show, que duró casi dos horas, pero que de música efectiva creo que no llegó a la hora y cuarto...
En definitiva, un espectáculo de sal gorda para muy fans. He de reconocer que Madonna, a sus 51 tacos, está en buena forma física (que no tanto vocal). Pero si no fuera por sus dudosas reinterpretaciones de sus viejos éxitos, el concierto hubiera sido mucho mejor. Al final lo que se salvó fueron los nuevos temas, muchos (hasta ocho o nueve). Los bailarines bien como siempre, pero después del exquisito manjar del 2001, lo de ayer se antoja como una sombra muy muy descafeinada...
Y por un precio descabellado: 72 euros la entrada de pista (no se llenó el Estadio Olímpico, solo 45.000 personas) que servirán para pagar el costoso divorcio de su marido Guy Ritchie...
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2 comentarios:
Coincido con tu crítica, que pensaba sería más despiadada. En el fondo eres un fan.
Echale un vistazo a la mia, te gustará
Pues tuviste suerte y te ahorraste el Hung Up rockero (del ímpetu incluso rompio una cuerda de la guitarra) y el aburridísimo Borderline que tuvimos que aguantar el año pasado en Niza. Coincido en que las ínfulas rockeras de la rubia y los gitanos rumanos del Lela-pala-tute son de lo peorrrrrrrr
Puedes echarle un ojo a nuestra completísimo repaso al concierto en :
http://lacomunidad.elpais.com/darribas73/category/3-musica
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