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21 de octubre de 2007
Y sucedió el milagro
A veces la vida tiene finales imprevistos, y la justicia divina existe. Después de que nadie diese un duro por él, el finlandés de hielo Kimi Raikkonen se ha hecho con el mundial de Fórmula 1. Es un justo vencedor, pues ha ganado 6 grandes premios frente a los 4 de Fernando Alonso y los 4 de Lewis Hamilton. Y lo mejor de todo es que el equipo de McLaren se ha quedado sin nada. Hamilton ha tirado el campeonato por la borda él solito en las dos últimas carreras y Alonso no ha aconseguido aprovecharse de ello. Felicidades Iceman. Te lo mereces.
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1 comentario:
Te mando la biografía de Kiki (como llamamos cariñosamente a este crack), que publicó mi legítimo. No tiene desperdicio.
Autor: TONI LÓPEZ JORDÀ
Kimi Mattias Raikkonen (Espoo, Finlandia, 1979) puede arrancarse de un tirón el número 2 que ha colgado sobre su espalda desde que asomó por la F-1 como el piloto del futuro, allá por el 2001, como nuevo volante de Peter Sauber. En sólo dos temporadas fue capaz de poner en jaque al Kaiser Schumacher, al que disputó el título en el 2003 hasta la última carrera, y en el 2005 volvió a disputar la corona, esta vez a Alonso. De nuevo en año impar, el hombre de hielo optaba ayer otra vez a un trono siempre esquivo. Llegaba como el tercero en discordia, el que menos posibilidades tenía del trío de aspirantes, con remotas y complicadísimas opciones matemáticas, y el milagro se hizo con él.
El triunfo de Raikkonen supone el regreso a los clásicos de la F-1, aquellos años setenta del hippismo, de los pilotos que fumaban entre los entrenamientos, que se tomaban sus cervezas al bajarse del coche y que no se escondían en las juergas por todo lo alto que rodeaban al gran circo. Kimi es lo más parecido a aquellos deportistas de elite más cercanos al mundanal ruido, a las debilidades humanas y a los vicios terrenales. "¿Qué haces en tu tiempo libre?", le preguntaron en una entrevista. "En verano, pesco y hago el amor; en invierno~ la pesca está muy mal", soltó.
Sólo un tipo como Kimi es capaz en esta F-1 de laboratorio, aséptica e hiperprofesionalizada, de irse de fiesta tras acabar una carrera destrozando su coche en Budapest y coger una cogorza hasta perder la brújula, la cartera y el pasaporte, que alguien tuvo a bien devolver a McLaren. O apuntarse a una carrera de motos de nieve en Finlandia, días antes de empezar este Mundial, y registrarse como James Hunt, el nombre del campeón de McLaren en 1976, conocido por su vida desenfrenada, para no levantar la liebre y no soliviantar a Ferrari, que no permite que sus pilotos participen en deportes de riesgo. Una historia que engrosa la leyenda de bon vivant de este finlandés de aire permanentemente adormilado, parsimonia infinita, mirada pasota y tono verbal monocorde, que ha tenido como modelo de vida a Hunt, de quien también tomó prestado el nombre para registrarse en un hotel de Tailandia.
Si los entrenamientos de hockey sobre hielo en Finlandia no fuesen tan temprano, la F-1 se habría perdido a este inigualable finlandés. El pequeño Kimi, hijo de Matti, un obrero trabajador, y de Paula, una oficinista del Ayuntamiento de Espoo, decidió un día que no madrugaba más para ir a darle al stick. El karting le permitía otras rutinas menos sacrificadas y se le dio bien lo del volante. Sus padres le regalaron el kart con 8 años y a los 10 ya competía. Con poco rodaje, como Alonso, Kimi debutaba con 21 años en la F-1 con un Sauber. "El coche era bueno e hicimos buenas carreras. El comienzo fue un poco difícil y nos retiramos unas cuantas veces; motor, caja de cambios, y una rueda reventó en San Marino. Pero volví a tener buenos resultados. No sufrí ningún accidente, así que fue un buen año y tuve mi batalla particular con mi compañero, Nick Heidfeld, lo que también era bueno para el equipo".
Su rápida progresión en el equipo suizo y la retirada precipitada de Mika Hakkinen en McLaren hicieron que Ron Dennis se fijase en el rubio finlandés para dar sucesión al bicampeón Mika. Ron y Kimi se habían conocido en una fiesta.
Así, en el 2002 inició su andadura con McLaren, hasta el 2006; cinco años marcados por los constantes imprevistos, roturas inimaginables, accidentes variopintos y todo tipo de mala suerte que le hizo ganarse a pulso una fama de gafe, de pupas e incluso rompecoches. Esa mala fortuna influyó decisivamente en su derrota frente a Alonso en el 2005, pero era lo más competitivo que había en el mercado. Ferrari lo cazó al retirarse Schumacher para hacer frente a la pareja Alonso-Hamilton. Yla jugada le ha salido perfecta a Jean Todt, combinando la frialdad del finlandés con el ardor del brasileño Felipe Massa. La extraña pareja de la F-1.
Kimi ha crecido como piloto, pero sobre todo este año se ha agigantado su leyenda de indomable. "Casi me quedo dormido en el tramo final de la carrera", decía tras ganar el gran premio inaugural en Australia. Aquel día, el gran Kimi dio plantón a Schumacher, que llamó desde Suiza al móvil de Todt nada más bajarse del coche el finlandés. Entonces Raikkonen se hizo el sordo, le dijo al jefe que no oía nada y le devolvió el teléfono mientras buscaba con la mirada a su mujer, Jenni Maria Dalhman, de 26 años, que fue miss Finlandia. Con ella disfruta del mayor salario de la F-1: 28 millones de euros.
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