
Recién terminado de ver la cuarta temporada de "El ala oeste de la Casa Blanca", en dos capítulos finales trepidantes. Ésta es sin duda la mejor conclusión hasta la fecha, y deja las cosas en una situación francamente apasionante (no revelaré detalles para no fastidiar a los que no la hayan visto). En esta temporada, nuevamente brillante, aparecen secundarios como Matthew Perry o John Goodman, que más adelante volverán a salir en otra serie del genial Aaron Sorkin, la defenestrada "Studio 60" (otra recomendación ineludible).
El lunes podré seguir con las desventuras de la administración Bartlett, en ya su quinta y penúltima temporada. God bless America.
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