El pasado lunes al mediodía acudí al pase de prensa de "Los 2 lados de la cama", obligada secuela de la película española más taquillera de hace un par de años. Eso sí, durante toda la proyección tuve que aguantar los continuos comentarios y quejas de un crítico de cine del que no desvelaré el nombre, pero que tiene por muy mala costumbre hacer estas cosas, pues no es la primera ni la segunda ni la tercera vez que no se calla durante los pases... Más que crítico es un pesado de tomo y lomo.
Bien, supongo que el tremendo éxito del film anterior se repetirá de nuevo. Y no es para menos, porque esta película es divertida de cojones, con perdón. Vuelven los impagables personajes que encarnan Ernesto Alterio, Willy Toledo y el mejor, Alberto San Juan, haciendo de taxista cortito y conservador, novio de María Esteve (otra tonta del bote divertísima).
Los nuevos personajes femeninos son la estupenda Lucía Jiménez (la única que canta de fábula) y Verónica Sánchez (Los Serrano, Camarón), que sustituyen a las desaparecidas Paz Vega y Natalia Verbeke.
Lo dicho, lo mejor de "Los 2 lados de la cama" son sus intérpretes, así como un guión que no da un momento de respiro (quizás solo la parte final flojea un poco). Eso sí, los particulares números musicales son más penosos que nunca (pobre Willy Toledo, cantar no es francamente lo suyo), pero afortunadamente son breves...
No desvelaré nada más del argumento para no chafar la sorpresa argumental (que se desvela al inicio de hecho), pero solo diré que les ha salido una película para entendidos...
Bien por Emilio Martínez Lázaro, que ha vuelto a parir una comedia con mucha gracia y muy optimista. No se la pierdan.
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