Babeando estoy con el nuevo videojuego que he adquirido este mediodía: "Burnout Revenge" (en su versión de X Box, faltaría plus). Ya tenía en mi poder su antecesor, "Burnout 3: Takedown", que era un prodigio de los juegos de conducción arcade. Trepidante, divertidísimo, con una altísima jugabilidad y terriblemente adictivo.
Pues bien, el nuevo Burnout lo supera con creces. Los gráficos siguen siendo de lo mejorcito que se hayan visto nunca en un juego de carreras, y la sensación de velocidad vuelve a ser extrema. Pero ahora hay notables mejoras, como el hecho de poder elegir distintas rutas (o atajos) para llegar a la línea de meta, que nos permitirán ganar tiempo, pegar unos saltos increíbles o chocarnos irremediablemente contra los muros...
Otra novedad es que podemos chocar contra el tráfico que circula en nuestro mismo sentido, siempre que no se trate de camiones (en ese caso nos estamparemos contra ellos), y utilizar nuestras embestidas para crear un caos total que perjudique a nuestros rivales.
El objetivo del juego es conducir lo más agresivo y sucio posible, acabando con todo lo que podamos. Conforme vayamos avanzando en el juego (con un nivel muy fácil que se agradece) iremos ganando nuevos vehículos más veloces y pesados.
Otra modalidad, aparte de las carreras, es la de los choques. En esta ocasión, se ha complicado un poco, y hay que pensar bien una ruta que provoque el máximo de destrucción. La lástima es que no se incluye una repetición de la jugada (como tenía su predecesor).
De verdad, no hay juego que permita soltar una cantidad de adrenalina sin igual que éste, y eso sin hablar de la posibilidad de jugar on-line o con algún amigo.
Ah, y lo que sigue sin tener desperdicio es la excelente música presente en el mismo, con grupos de rock tan cañeros como Maximo Park, Bloc Party o Asian Dub Foundation, así como electrónicos (The Chemical Brothers, LCD Soundsystem, Junkie XL...).
Lo dicho, una verdadera joya para los amantes de la velocidad en los videojuegos. Bravo por los chicos de EA Sports y Criterion, que se han vuelto a superar.
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