14 de diciembre de 2005

Apabullante King Kong


Y excesiva, a ratos. Pero Peter Jackson lo ha vuelto a conseguir: ha hecho un nuevo peliculón, tras la tremenda trilogía del Señor de los anillos. Aviso a navegantes: ¡dura tres horas!
La primera de ellas, que relata el viaje hasta la misteriosa isla donde se encuentra el gorila (y muchas más bestias antediluvianas...) se podría haber acortado un poco, la verdad. Sobre todo en algunas escenas a bordo del barco, a todas luces innecesarias.
Pero es ya cuando desembarcan que empieza el verdadero festival de efectos marca de la casa. Por un momento, nos vemos retrotraídos de nuevo al mundo de Tolkien, pues los nativos de dicha isla son todo menos pacíficos, y dan miedo, mucho miedo. Se parecen bastante a los malvados orcos de la citada trilogía. Hay algún momento un tanto alocado, con cámaras lentas ralentizadas, lluvia por doquier y ritos oscuros que bien pueden aterrorizar a más de un incauto...
Seguidamente, empieza lo que podría muy bien ser una nueva entrega de Jurassic Park. Es aquí donde a Jackson se le ha ido definitivamente la mano. Sobran algunas escenas, como la persecución de dinosaurios, que de lo inverosímil hasta provoca las risas del respetable. Eso sí, los pasajes en los que aparece King Kong son memorables. Jackson ha sabido humanizar a su personaje, que no por ello pierde un ápice de fiereza.
Sobran también más escenas de bichos e insectos, aunque la lucha de Kong contra sus enemigos está de lo más lograda. Aunque lo mejor son las escenas que comparte con su amada, Naomi Watts (no es tonto el gorila, no).
La parte final de la película, ya de regreso al Nueva York de los años 30, es por todos conocida, pero consigue maravillar con sus espectaculares y emotivas escenas desde lo alto del Empire State. Realmente sentimos pena por el enorme animal acosado.
Peter Jackson ha cumplido su sueño de niño, es decir rodar su propia versión de la mítica película del año 33. Y gracias al éxito de su trilogía precedente, no ha reparado en gastos. Por cierto, que para la cara del gorila se ha inspirado en nuestro querido Copito de Nieve, fallecido hace un par de años. Y sí, le ha salido un primate de lo más entrañable.
Gracias por hacernos disfrutar tanto de nuevo, Peter (¿quien hubiese imaginado que el creador de pelis tan freakies y gore como "Bad Taste" o "Braindead" -aquí titulada con el atroz "Tu madre se ha comido a mi perro"- sería capaz de ofrecernos semejantes joyas del cine fantástico...). ¡Y encima te has adelgazado 50 kilos y cobrarás el 20% de la recaudación! Tú sí que sabes, cabronazo...

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