3 de diciembre de 2005

Make me...beautiful


Tremenda la segunda temporada de Nip/Tuck, que acabo de tragarme en DVD en versión original subtitulada, y que no tuve ocasión de ver cuando la emitieron por TV3 (ahoran reponen la primera los domingos por la noche). Si los trece primeros capítulos no tenían desperdicio, los dieciséis siguientes aún menos. Y es que los clientes de los cirujanos plásticos de Miami Christian Troy y Sean McNamara pasan a un segundo término, mientras que los problemas personales de ambos ocupan la mayor parte de la trama. Mientras que el playboy de Troy sufre de lo lindo al perder la custodia de su hijo adoptivo, el formal padre de familia que es McNamara se separa de su mujer al revelarle ésta que su hijo adolescente Matt (cuyo actor que lo interpreta tiene un parecido más que notable con Michael Jackson) no es hijo suyo, sino de su mejor amigo y socio, ¡el propio Troy!
El bueno de Sean empieza a salir entonces con la actriz porno Kimber, antigua novia del mismo Troy, mientras que éste se enamora de una mujer ciega. Por si fuera poco, Matt se lía con su consejera espiritual, Ava Moore (interpretada por la femme fatale Famke Jansen), que está también enrollada con su hijo adolescente (que resulta ser adoptado). Si esto no fuera poco, Ava esconde un inesperado secreto sobre su pasado que deja a todo el mundo anonadado...
Y para completar la trama, un asesino en serie va desfigurando los rostros de jóvenes, a la par que los doctores se ofrecen a reconstruirlos gratuitamente. Por ello, el psicópata amenaza de muerte a Sean, llegando a cortarle la cara, aunque en el último minuto de la serie, su víctima es...
Nip/Tuck denuncia la superficialidad que existe en la sociedad norteamericana, en la que impera el físico y las apariencias por encima de todo, pero también reflexiona sobre cuestiones más serias, como los que se someten a operaciones de estética tras haber sufrido accidentes, enfermedades o agresiones. Como he dicho antes, los problemas personales de sus protagonistas cobran mucha más importancia, y el dramatismo aumenta notablemente (aunque algunos giros del guión pueden resultar un tanto excesivos). El final te deja con las ganas de saber quién es el asesino, algo que parece que se desvelará al final de la tercera temporada.
Un apunte más: lo menos digerible de esta magnífica serie son sin duda sus realistas operaciones, que no son aptas para la mayoría de estómagos...

No hay comentarios: