Esta imagen es la que quizás mejor simboliza la birria-entrevista que Andreu Buenafuente le hizo a Robbie Williams el pasado martes. Me encanta el programa de Buenafuente, aunque está clarísimo que su punto débil son las entrevistas. Y no me refiero a las de "la venda", o sea, aquellas en las que ignora (en principio) quién es el invitado a entrevistar. Éstas son magníficas, y Andreu tiene muchas tablas improvisando.
No, me refiero a las entrevistas normales, aquellas que le preparan sus guionistas. Y es que clama al cielo que teniendo a un personaje tan importante como Robbie Williams, verdadero ídolo del pop a nivel europeo, se le pueda hacer una entrevista tan mala que ni un estudiante de primero de periodismo lo hubiese hecho peor... La mitad del tiempo Buenafuente se lo pasó haciéndole la pelota de una manera sonrojante. La otra mitad se perdió entre la ineptitud del traductor (el pobre Robbie no se enteraba la mayoría de las veces qué diantres le preguntaba Buenafuente) y las tonterías que no preguntas del mismo Andreu...
Resultado, una imagen lamentable, y eso que se veía que Robbie tenía ganas de guasa. ¿Y qué me dicen del "record" mundial de estar 30 segundos sin decir nada? Absoluta chorrada.
Al día siguiente, en cambio, salió el siempre genial Edu Soto, en un nuevo papel, el de Javi Williams. Imitaba, claro está a su predecesor... Con un tupé calcado al del verdadero Williams, este nuevo personaje sí que tuvo bastante gracia. Incluso se permitieron hacer una coña con mucha retranca, como la superación del anterior récord...
En fin, que por mucho que consiga buenos invitados (y no los famosetes de turno que tienen peli o libro que promocionar...), si uno no los aprovecha, no sirve de nada. Y mira que Buenafuente llevaba tiempo anunciando esta entrevista... Cero patatero.
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