Pese a ser únicamente tres personas (una pareja y un servidor) en la sesión de las diez de la noche de ayer lunes en el cine Club Doré, me he llevado una muy grata impresión de "El hombre del tiempo". En principio no pensaba verla, pero tras leer un par de buenas críticas me he animado. Y me ha salido bien la jugada. Lo que parece a simple vista una peli más de Nicolas Cage (véase una comedia familiar tipo "Family man", respetable pero muy trillada) se ha revelado como una ácida y bastante deprimente tragicomedia sobre un perdedor (Cage, el hombre del tiempo en cuestión). Un tipo que triunfa profesionalmente (pese a que de tanto en tanto le tiran desde la calle cualquier tipo de comida basura, dejándole perdido), pero cuya vida familiar es un completo desastre. Con un padre gravemente enfermo, escritor y periodista ganador de un Pulitzer y con el que nunca se ha comunicado demasiado (excelente y lacónico Michael Caine) , una hija obesa a la que sus compañeros de clase apodan "Pezuña de camello" (pues se le marca la raja de la vagina en sus demasiado ajustados pantalones), un hijo adolescente que no deja de meterse en líos y separado de su mujer (con la que intenta reconciliarse), nuestro antihéroe no gana para disgustos. Hay bastante de "American beauty" y otro tanto de la también soberbia "About Schmith" en esta película de Gore Verbinsky (director de engendros como "Los piratas del Caribe"). También me ha recordado un poco a "Wonder Boys" de Curtis Hanson. Quizás por su tono gris, su tiempo siempre borrascoso que refleja la tormenta interior de su protagonista. Nicolas Cage se vuelve a lucir en uno de esos papeles que son un caramelo para un buen actor.
En fin, de nuevo un film que da bastante que pensar sobre el hecho que el dinero no da en absoluto la felicidad. Y que el sueño americano, es eso, una simple ilusión...
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