25 de enero de 2006

"Munich": visión obligatoria


El 2006 ha empezado de fábula, en cuanto al cine: Jarhead, Crash, Brokeback Mountain, El hombre del tiempo... y ahora Munich.
De todas éstas, me quedo sin duda con la última. Spielberg ha vuelto a superarse, adaptando la controvertida novela de George Jonas (basada en hechos verídicos) que relata la operación de contraterrorismo organizada por el gobierno israelí para vengar la muerte de sus once atletas en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972.
Esta película no se ha librado de la polémica, por descontado. Sus detractores dirán que humaniza a los protagonistas, cuya misión es asesinar a los supuestos terroristas que provocaron la matanza de Munich. Y puede que tengan razón, pero en el film se ve la lógica progresión psicológica de los integrantes del equipo conforme avanza su misión (y se acrecentan sus errores), que empieza con la total adhesión a la causa, hasta ir perdiendo progresivamente la motivación y dudar de la validez de su actos.
Lo curioso es que por el otro flanco también se la ha atacado, diciendo que era demasiado pro-palestina, al poner en igualdad los crímenes de uno y otro bando... Coincido con esto último, pero no creo que por ello sea justamente pro-palestina.
En fin, se le pueden buscar tres pies al gato al asunto, aunque lo cierto es que el libro está escrito por un judío, al que su protagonista, también judío, le relató los hechos vividos por él, y está dirigida por un director judío... Dicho esto, no creo que glorifique precisamente a sus protagonistas, lo que no deja de tener mérito.
Quizás se le puede achacar a Spielberg algunas briznas de sentimentalismo innecesario, marca de la casa. Pero en la construcción impecable del relato, a modo de apasionante thriller de espías, el mérito es todo suyo (y del libro de Jonas, claro).
El que queda retratado es el gobierno israelí, que no duda en ordenar el trabajo más sucio y luego se limpia las manos, abandonando a sus agentes que teóricamente no trabajan para éste.
La cuestión de fondo, dejando de lado el conflicto israelí-palestino, es el espinoso tema del contraterrorismo (en nuestro país también existió, y pronto se estrenará una película sobre el GAL). ¿Es lícito? ¿Sirve de algo? He aquí la pregunta eterna: ¿si pudiesemos retroceder en el tiempo para matar a Hitler, antes que se convirtiese en un genocida, acaso no dudaríamos en hacerlo? Por ello también sirve preguntarse si es lícito enviar a un equipo de hombres que se encargue de eliminar a terroristas que pueden llegar a provocar la muerte de muchos inocentes... La idea es al menos atractiva, y no tan descabellada.
El problema radica en que esta operación está motivada más por un deseo de venganza, de devolver el mal hecho por la muerte de los atletas de Israel, que por un deseo de prevenir el terrorismo palestino. Y de hecho se deduce en la película que de poco sirve ir matando a terroristas, puesto que estos serán reemplazados por otros todavía peores, y que los atentados pueden seguir incrementándose infinitamente (la violencia genera más violencia).
Creo que fue Gandhi dijo que si se siguiese la máxima del ojo por ojo, el mundo se quedaría ciego. Por lo tanto entiendo los deseos de venganza, pero no los comparto. El debate está servido.

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