En menos de una semana visioné la grandísima nueva serie de Showtime, "Dexter", basada en la primera novela de Jeff Lindsay, "El oscuro pasajero". En un post del pasado 23 de septiembre ya hablé de la segunda novela de este personaje, que acababa de leer entonces. Buscando una foto para ilustrarlo, descubrí casualmente la serie. Pues bien, la adaptación a la pequeña pantalla de Dexter es impecable. Su protagonista está interpretado soberbiamente por Michael C. Hall, el hermano gay de "Six feet under", en un papel en las antípodas del anterior. Hall demuestra así su versatilidad e inquieta mucho en su nueva faceta de psycho killer justiciero. Porque Dexter es un asesino de asesinos en serie. De pequeño, su padre adoptivo detectó el instinto depredador de éste, y le adiestró convenientemente para que solo matara a los que se lo merecían. Un mensaje un poco facha, por cierto, pero que en la ficción no deja de tener su gracia. Como coartada moral, Dexter solo descuartizará cuando posea pruebas irrefutables de las aberraciones de su víctimas (que suelen haber burlado al sistema judicial...).
La serie consta de 12 capítulos de unos cincuenta y pico minutos de duración, y tiene lugar en Miami (hay frecuentes frases en castellano en la versión original). Y us títulos de crédito son especialmente sabrosos (nunca unas acciones tan cotidianas han parecido tan amenazadoras). El final de la misma cierre el caso principal, pero se deja abierto a más aventuras del psicópata más particular de los últimos lustros (que en su vida corriente es policía forense especialista en sangre y se comporta como un novio ejemplar) . Espero ansioso la segunda temporada...
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