28 de febrero de 2007

Gran concierto y disco decepcionante


El pasado viernes volví al Apolo para ver a los Eagles of Death Metal, que pese a su nombre no tocan metal sino rock garajero... Primera decepción, al descubrir que tras las baquetas no se encontraba Josh Homme de los Queens of the Stone Age (verdadero reclamo y razón de que el grupo fuera conocido) sino un (solvente) sustituto. Pese a todo, el alma del grupo, Jesse Hughes, le echó muchas ganas. Vamos, que seguro que este mostachudo se había pasado de rayas... No paró de animar al público en la hora y media larga que duró la vigorosa actuación, en la que alternaron temas de sus dos elepés (el segundo no se había editado aquí, pero se vendía junto a las camisetas). Nunca más me compraré un disco sin haberlo escuchado antes. Siempre digo lo mismo, y siempre vuelvo a caer, pero esta vez espero que sea la definitiva. Adquirí "Death by sexy" por la nada despreciable suma de 15 euros y durante el show fui comprobando, apenado, que los nuevos temas no están a la altura del excelente debut "Peace, Love, Death Metal". Posteriormente, puedo confirmar dicha apreciación...
Por suerte, y pese a que el Apolo apenas contaba con poco más de media entrada, la actuación fue muy gratificante, y el público estuvo a la altura (cosa que también se agradece). Acabaron el show con sendas versiones de Ramones ("Beat on the brat") y Rolling Stones ("Brown sugar"). Y como anécdota, decir que el presumido y descarado Hughes no paró de peinarse el pelo y el mostacho, como un macarra auténtico, con sus gafas de sol y sus gritos chulescos. Mención aparte merece el friki guitarrista de su izquierda, calvo, con unas gafas estrambóticas y una crestita ridícula...
Por cierto, mañana voy a ver a los ganadores del pasado festival de Eurovisión, los finlandeses enmascarados Lordi. Pueden dar mucho juego...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ese grande mostacho rockero!!!
EL DE LA BARBETA DE LINCOLN GARAJERA