Ya lo advertía en su blog (el muy recomendable El comunicado del canguro) el amigo Lozzy. "Más extraño que la ficción" era una de las mejores películas, por ahora, del 2007. No puedo estar más de acuerdo con él. Ayer por la tarde lo pude confirmar en una sesión vespertina en el Icaria-Yelmo (sin apagón eléctrico de 5 minutos de por medio). Por eso hoy la quiero recomendar a todos los seguidores de este blog, aunque me temo que lamentablemente ya es demasiado tarde, pues solo la dan en sesión golfa, en el mismo cine... O sea, la conseguí ver por los pelos (hace años que no acudo a golfas: no me salen a cuenta...).
Dirigida por Marc Foster ("Monster's ball" y la excesivamente almirabada "Descubriendo Nunca Jamás") y con un guión magnífico del treintañero Zach Helm (ojo con él, puesto que puede ser el futuro Charlie Kauffmann), narra la historia de Harold Crick, un gris inspector de hacienda (estupendo Will Ferrell, alejado de sus histriónicos excesos habituales) que oye una voz en su cabeza que le indica todo lo que hace y está a punto de realizar. Dicha voz es en realidad la de la depresiva escritora Kay Eiffel (Emma Thompson, brillante como siempre), que está escribiendo su última novela con Harold como protagonista... El problema es que en todos sus libros el personaje principal muere en ellos. Cuando Harold descubre que tiene los días contados, solicita ayuda a un profesor de literatura, Jules Hilbert (un convincente Dustin Hoffman), para que le ayude a encontrar a la autora de su cercana muerte... Todo eso mientras se enamora de una joven pastelera, Ana Pascal (notable Maggie Gyllenhaal), que conoce al realizarle una inspección fiscal.
Fantasía metaliteraria a medio camino entre la comedia agridulce, "Más extraño que la ficción" es una pequeña joya que merecía mucha más atención de la que ha recibido (casi ninguna). Geniales son también los pequeños detalles gráficos que ilustran la mente obsesiva de Crick, un personaje de ficción muy real... ¿O era al revés?
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