30 de enero de 2007

¡Aquí hay tomate!


No, no voy a hablar del inefable programa de corazón de Telecinco. En esta ocasión me refiero a otro tipo de tomate, mucho más escandaloso. El tomate del calcetín de nada menos que el Presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz.
El susodicho, que debe cobrar un suculento sueldo por dirigir una de las instituciones económicas más poderosas del mundo, resulta que no puede ni llevar unos calcetines como Dios manda (admiren la foto).
Las cosas claras, que un servidor, un modesto periodista con un sueldo aún más modesto, lleve algún calcetín agujereado todavía tiene un pase, pero que alguien de la calaña de Wolfowitz luzca una imagen parecida ya es la repera. Una de dos, o es un tacaño del copón, o, lo que es peor, es un ferviente seguidor de la moda grunge, algo que debido su cargo, debería reservar para cuando esté en su casa. ¡Lamentable!

1 comentario:

Satellite Girl dijo...

la gente anda con los tejanos rotos. la gente anda enseñando sus calzoncillos (o bragas)... pues ¿por qué no los agujeros de los calcetines?

Ya sé, ya sé, ya estoy bastante anticuada porque zurzo mis prendas... ;)