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Tras ver ayer noche en el IN-EDIT Beefeater "loud-QUIET-loud", documental sobre la reunión de los Pixies hace un par de años, se te cae el alma al suelo, y unos mitos de tu juventud se transforman en algo bastante deprimente. Ver a un Charles Thompson (alias Frank Black o Black Francis) luciendo su oronda figura ballenácea estirada en calzoncillos sobre la cama atendiendo a una entrevista telefónica es una de las razones. Ver a una Kim Deal de cara demasiado rojiza, con un flagrante sobrepeso, y agarrada permanentemente a un botellín de cerveza sin alcohol es aún peor. Pero la palma se la llevan el guitarrista Joey Santiago, que se ve obligado a tocar con su mujer en centros comerciales, o el batería David Lovering, convertido casi en un homeless, antes de su cacareada reunión...
Impagable el primer día de ensayos, con Deal escuchando su iPod para comprobar su entrada en un tema, o un Frank Black que tira el micro patosamente. Demencial descubrir la incomunicación existente entre estas cuatro personas, plasmada crudamente en las imágenes de esta interesantísima película. Pese a todo, los Pixies seguirán siendo únicos, al menos musicalmente. Y la buena noticia es que, 16 años después, grabarán un nuevo disco a principios del año que viene. Por cierto, el DVD de "loud-QUIET-loud" se edita el 6 de noviembre.