15 de octubre de 2006

"Last days" de Gus Van Sant


Finalmente he conseguido ver en DVD (gracias, Lozzy) "Last days" de Gus Van Sant, su film inspirado en los últimos días de la vida de Kurt Cobain. Y extrañamente, ¡me ha gustado! Digo extrañamente, porque es una peli difícil, lenta y completamente anticomercial, pero tiene algo que me ha enganchado (a diferencia de su infumable "Gerry", el coñazo más absoluto que me he tragado en mi vida). Quizás es el morbo despertado por la figura de Cobain, no sé, pero pese a la excesiva duración de algunos de sus planos, la he encontrado fascinante. Y eso que retrata a un Cobain (Blake en la película) que apenas habla, simplemente va murmurando cosas sin sentido, y se pasa el día colocado... Pero el parecido físico de Michael Pitt con Kobain es asombroso, y parece que sea el mismo líder de Nirvana el que sale en pantalla.
Creo que muchos jóvenes de mi generación recuerdan perfectamente qué hacían cuando se enteraron de la muerte de Cobain, hace ya 12 años. Yo me encontraba escuchando discos en la desaparecida Virgin Megastore (ahora Zara) de Gran Vía, y escuché atónito la noticia por los altavoces de la tienda. Y me impactó mucho, por ser quizás uno de mis ídolos del rock más cercanos a mi edad (tenía tan solo 27 años cuando falleció, siete más que yo). Las muestras de dolor por parte de miles de jóvenes de todo el mundo fueron también impresionantes.
Me alegro de haber asistido a su único concierto en Barcelona, un par de meses antes de su suicidio. Fue un gran show en el Palacio de los Deportes, aunque una fotógrafa que se lo cruzó por los pasillos del backstage me dijo que parecía muy deprimido. Un mes después, intentó matarse en Roma con una letal dosis de calmantes y champagne, pero no lo consiguió. Pero finalmente se salió con la suya, y acabó muerto en su casa de Seattle, con el cráneo destrozado por un disparo de su fusil de caza.
Cobain no era feliz, pese a haber conseguido fama y dinero, estar casado y tener una hija de un par de años. Mucha gente no entiende como alguien que en principio lo tenía todo pueda acabar así. Esa misma gente no ha vivido nunca una auténtica depresión. Descansa en paz dondequieras que estés, Kurt.

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