29 de septiembre de 2006

Misterios de la electrónica

No me lo puedo creer. Esta tarde he apoquinado 10 euros como paga y señal de un nuevo mando para mi vídeo. Pues bien, acabo de llegar a casa después de ver la decepcionante World Trade Center (en breve hablaré de ella, se merece un post aparte), y se me ocurre probarlo... ¡Y funciona! Joder, espero que no sean capullos y me devuelvan la pasta porque ya no necesito el nuevo mando. No sé que demonios habrá pasado, pero ya es mala suerte que se haya arreglado después de encargar uno nuevo (al menos me ahorro los 20 del aparato)...
Por cierto, también solucioné el otro misterio, el de mi iPod que se encendía cada noche y se ponía a reproducir el mismo álbum (The Raconteurs). Me di cuenta que siempre se activaba a la misma hora (sobre las doce y media de la noche), cosa que por cierto me acojonó aún más. Pero pensando un poco (a veces lo hago. No muchas por eso...), me acordé que durante mis vacaciones había conectado la alarma del mismo. Pues bien, todavía seguía activada, de ahí que cada puñetero día, a las 00:36 am, empezaba a sonar... O sea que al final no era un caso digno de "Cuarto milenio" del fantasmagórico Iker Jiménez... ¿Lo será el del mando que milagrosamente se ha arreglado? Se admiten apuestas.

2 comentarios:

Satellite Girl dijo...

¿por qué te levantabas tan temprano?
... bueno, no pienses más... Pensar es malo.

Hugo dijo...

Tendría que coger un autobús o un tren nocturno, no me acuerdo.
Y lo de pensar, de momento lo dejo aparcado...