Una lección de periodismo

Brillante tanto en su mensaje como en sus exquisitas formas, "Buenas noches, y buena suerte", la segunda película de George Clooney como director nos demuestra de que además de ser el galán por excelencia (para mí es el Cary Grant de nuestra época. Y lógicamente, se lleva a todas las chicas guapas...), Clooney también es un gran cineasta (y actor). Y sus críticas a la administración Bush también le sitúan en el lado de los hombre buenos.
El retrato del ultra serio periodista (y empedernido fumador, ¡que políticamente incorrecto!) de la CBS que se enfrentó al senador McCarthy en su enloquecida cruzada contra el comunismo es antológico (ojo: no hace demasiados años, tuve que rellenar un cuestionario para entrar en los Estados Unidos en el que se me preguntaba si había pertenecido al Partido Comunista, entre otras lindezas...). Al menos su protagonista se merece un Oscar. Una atractiva fotografía en blanco y negro consigue un aire de clásico que le va como anillo al dedo a la historia.
Las analogías de esa época funesta con los desmanes de Bush en su guerra contra el terrorismo también están más que justificados. Bravo de nuevo por Clooney, y película de visión obligatoria para todo estudiante de periodismo que se precie serlo... Buenas noches, y buena suerte.