Con un 87,2% ha conseguido vencer el azafato madrileño Pepe. Y, pese a ir contra las bases del programa, ha afirmado que piensa compartir los 300.000 euros del premio con su amigo del alma Dayron (para muchos, su mera marioneta). No deja de ser un geto muy loable, si lo cumple.
La última gala de esta séptima edición ha vuelto a tener momentos muy tensos, como el pique entre Merceditas Milá e Inma (la Titanlux), a raíz de un comentario de esta última sobre la primera, diciendo que estaba más contenta con la victoria de Pepe que él mismo...
Por otro lado, la salida de los tres últimos concursantes de la casa ha sido bastante anodina, con muy poca gente (¿extras pagados?) in situ para recibirles. ¿Qué se ha hecho de esas multitudes enfervorizadas de las primeras ediciones?
Por mucho que le intenten dar vueltas de tuerca, el formato de Gran Hermano está en franco declive. Se rumorea que ésta ha sido su última edición. Yo lo dudo, pero aconsejaría dejarlo reposar algún tiempo, como se hizo con la quemada Operación Triunfo, y la buena acogida que tuvo su regreso a las pantallas.
En fin, GH se ha acabado, pero ahora empieza el circo de los programas de Telecinco a los que acudirán sus protagonistas, a las portadas de las revistas del corazón, etc. etc.
No ha sido la mejor de las ediciones, pero no ha estado tan mal. Por una vez, el lado oscuro ha ganado...
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