Se veía venir, aunque francamente, me esperaba mucho más de esta tercera parte. La primera fue sublime, la segunda no se quedó atrás, pero esta última no tiene punto de comparación con sus predecesoras: se nota demasiado que es un subproducto. Su estética feísta, su pobrísima puesta en escena, todo huele a chamusquina. Incluso el legendario Puzzle pierde buena parte de su carisma. Eso sí, hay más gore que nunca. Pero esto no basta, la historia es confusa y demasiado rebuscada. Aunque se agradece que explique cosas sucedidas antes de la primera. Sin embargo, no consigue enganchar hasta muy tarde, no genera tensión, y el final no tiene un giro tan inesperado como en las otras. Un fiasco en toda regla. La fórmula parece agotada.
Por cierto, la foto es de un ¡tercer! cartel, distinto a los dos anteriores. Digamos que se situaría en un lugar intermedio entre la dureza del primero y la corrección política del segundo...
PD: Mañana me voy a Londres. Regreso el lunes por la mañana. Habrán fotos y crónica de viaje. Buen fin de semana a todos.
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