Me ha hecho gracia la noticia reciente según la cual en la estación de tren de Warrington, localidad situada entre Liverpool y Manchester, se haya prohibido besarse en los andenes, pues se provocaban unas aglomeraciones del copón. El simpático cartelito de dicha prohibición es el siguiente:
Por cierto, para remediar tremendo despropósito, se ha habilitado una "kissing zone" más alejada, pero ya nada será igual.
En fin, decía que me había hecho gracia la noticia, porque me ha recordado a una foto que tomé hace años en uno de mis viajes por el sureste asiático. Más concretamente me encontraba en un parque de la capital de Malasia, Kuala Lumpur, y ante mi asombro, comprobé que los besos en dicho recinto estaban prohibidos. Ahí va la prueba gráfica (sacada de mi otro blog, ya inactivo, El retorno de Filfogo. La entrada corresponde al 5 de julio de 2005):
Pues bien, aquí la razón de dicha prohibición no es por el caos en los andenes, sino de índole totalmente religiosa. Al ser un país musulmán, las muestras de afecto en público están totalmente vetadas. La verdad es que en dicho parque vi a algunos enamorados, pero efectivamente, ninguno de ellos se estaba dando el lote...
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