Una vez cerrado el número de diciembre, me encuentro en la típica semana en la que no tengo absolutamente nada que hacer. Bueno, aparte de abrir mails plastas, y recibir alguna que otra propuesta, mi tarea consiste básicamente en calentar la silla, chatear por el messenger, leer blogs y escribir en éste. Y poca cosa más. Hasta que mi jefe se digne a escuchar las propuestas.
Si a esto le sumamos una delicadísima situación financiera de mi empresa, en la que hasta mi sueldo está pendiente de un hilo, pues la cosa no es precisamente como para tirar cohetes. Y sí, podría buscar otra cosa en el mercado laboral, pero éste no está precisamente rebosante de gangas u ofertas atractivas. Por tanto, lo de siempre, a aguantar hasta tiempos mejores.
1 comentario:
Mientras tu jefe no lea tu blog...
En mi humilde opinión hugo, creo que vas falto de emociones fuertes... ¿porque no pruebas con los deportes de aventura? Ve a esquiar, o mira por internet alguna actividad en la montaña para el fin de semana... O mejor aun, entra en un banco a pedir una hipoteca... eso sí que acojona...
Nada tio, animate que queremos que estes bien!
Joan
Publicar un comentario