¡Aguanta, Pete, aguanta!

Me acaban de confirmar una buena noticia. Estoy acreditado para el concierto de los Babyshambles este próximo viernes.
Esperemos que esta vez no se anule, por razones legales (a Pete Doherty no se le permitió salir de su Inglaterra natal por un juicio pendiente) ni por las más obvias: DROGAS...
Reconozco que no soy un fan de su nuevo grupo (Los Libertines le daban mil vueltas) pero sí que me fascina el personaje. En la actualidad, es el mayor renegado del rock. Un tipo que intenta y no deja de intentar palmarla por sobredosis, y al que le ha salido una muy peligrosa competidora: la bestial (en todos los sentidos) Amy Winehouse (seguida de cerca por Britney Spears).
Es un prodigio que Doherty siga vivo y coleando. Espero que su show del viernes (cruzo los dedos, aún hay tiempo para que todo se vaya al garete) sea lo más caótico y desquiciado posible. Por eso voy a verle. No quiero una actuación correcta, quiero puro descontrol, como en su pasada visita al Primavera Sound de hace dos temporadas (que me perdí).
Haciendo memoria, el concierto más alocado al que he asistido nunca fue el de una Courtney Love pasadísima de vueltas en Zeleste 1. Se cumplía justo un año de la muerte de su marido, y la pobre iba hasta las cejas de sustancias psicotrópicas. Casi duraban más las pausas entre temas que éstos. Love se metió con la pobre bajista Melissa Auf Der Maur, increpó al público y hasta enseñó las tetas. E hizo un amago de tirarse al público (saltar sobre éste, no me malinterpreten), que de haberse culminado hubiese acabado en drama. En fin, adoro los shows imprecedibles, y espero que el amigo Pete no me decepcione. La hostia ya sería si la palmase en escena...