Ni "Los Tenenbaums" ni "Life Aquatic". La obra maestra de este particular director norteamericano es su último trabajo, "Viaje a Darjeeling", que tuve la ocasión de disfrutar hace un par de semanas en un matutino pase de prensa, y que en pocas horas volveré a visionar en el habitual Renoir Floridablanca (parece que tengo un abono semanal a este cine).
Esta historia de tres hermanos (estupendos Owen Wilson, Adrien Brody y Jason Schwartzman) que se reencuentran en un tren de la India tiene todos los ingredientes de los films de Anderson, es decir un gusto por la excentricidad y el freakismo, pero en esta ocasión se añade una parte seria final que da que pensar. Se desmontan los tópicos sobre la espiritualidad en la India, pero también se dan claves para comprender algunos aspectos de este fascinante país.
Quizás porque estuve cuatro meses allí (aunque en trenes -y clases- bastante más descacharrados), "Viaje a Darjeeling" tiene un regusto nostálgico para mí que no puedo pasar por alto. Seguro que será una de las mejores películas de este 2008.
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