El pasado jueves estuve en el estreno de "Marat-Sade", obra de Peter Weiss adaptada por la compañía Animalario. Hacía tiempo que no me aburría tanto en el teatro. Empezando por unas localidades nefastas, en el primer piso, donde no se veía ni oía nada, todo fue un despropósito. Me hubiese largado tranquilamente al finalizar el primer acto (como hicieron bastantes asistentes), aunque por respeto a mi acompañante me quedé (luego nos avanzamos un poco y nuestra visión mejoró considerablemente). Lo único que me hizo gracia fueron los números musicales y el momento en que los actores se quedan en el pasillo de la platea. Y poca cosa más. Zzzzzzzzzzzz...
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