6 de diciembre de 2006

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Mi periplo en Bristol no pudo empezar de peor manera. Nada más aterrizar en el aeropuerto, introduje mi Visa en el cajero automático y, tras denegarme el dinero que había solicitado, se me la tragó miserablemente ante mi pasmo total. Fui a quejarme a la oficina responsable de la máquina, pero me dijeron que no podían hacer nada, que esto se debía a mi banco, y que la tarjeta sería enviada a España... Suerte que llevaba conmigo mi tarjeta 4B (con un mínimo saldo, por otro lado), porque de lo contrario estaría más que jodido...
Mis amigos me vinieron a buscar al aeropuerto y tras una hora en coche llegamos a Berkeley, el pueblecito donde tendría lugar la ceremonia al día siguiente. Descansamos un rato en la habitación y fuimos a cenar a un restaurante/pub cercano. Antes de la cena propiamente dicha, ya llevábamos encima tres pintas de cerveza, o sea que al menos yo iba medio ciego... Tras la cena, regresamos al bar del hotel y estuvimos jugando a billar un rato.
A la mañana siguiente, los hermanos del novio nos condujeron a otro hotel, a unos kilómetros del pueblo, donde por la noche se acabaría la fiesta. Un autobús nos condujo a la iglesia a la una y media del mediodía. El templo, precioso. La ceremonia me sorprendió, porque empezaron por decir el "sí quiero" al principio, y luego vinieron los parlamentos y discursos. También se cantó bastante. Al acabar, las típicas fotos de los novios con la familia, y fuimos todos andando hasta el vecino y bonito castillo de Berkeley. Debían ser las tres y cuarto de la tarde. Allí estuvimos tomando copas - un vin chaud (vino caliente) excelente- hasta la hora de la cena, sobre las cinco y media de la tarde. A las cuatro, me apunté a la visita del castillo, donde pudimos ver algunas estancias, como la celda donde murió Eduardo II. La cena tuvo lugar en una estancia con pequeñas mesas redondas para ocho comensales. Todo era un poco estrecho, pues apenas había espacio para pasar entre las diferentes mesas. La comida estuvo bien, aunque fue bastante sencilla (un pequeña tostada o bruschetta de primero, y de segundo unas salchichas con puré de patatas y verduras. De postre una tarta de chocolate). Entre plato y plato hubieron los discursos del padre de la novia, del novio y del padrino de boda, sin duda el mejor y más extenso.
Al acabar hicieron una especie de concurso con preguntas sobre la visita al castillo. El ganador se llevó una botella de champagne. Tras desmontar las mesas, un grupo tocó en directo viejos clásicos de los setenta y ochenta hasta medianoche. A esa hora, partimos en autobús hasta nuestro hotel. Y allí seguimos tomando pintas hasta las tres de la madrugada, en que me retiré, muy cansado.
El domingo al mediodía tomé el tren hasta Londres (carísimo) con mi amigo canadiense Dev, y tras instalarnos en un hotel cercano a la estación de Paddington (en la habitación se podía acceder a internet a través de la televisión, pero era incomodísimo), tomamos el metro hasta el centro. Salimos en Trafalgar Square, donde me hice esta foto de la fuente, y entramos en la National Gallery, donde vimos la exposición dedicada a los impresionistas (Manet, Van Gogh, Monet, Renoir, Degas...). Luego anduvimos hasta Leicester Square y nos metimos en el cine para ver "The prestige", una historia sobre dos magos a principios del siglo XX, con Christian Bale, Hugh Jackman y Scarlet Johansson, dirigida por Christopher Nolan ("Memento", "Batman vuelve"). Nos gustó bastante. Yo estoy leyendo el libro, de Christopher Priest, que está muy bien (aunque ya me he quedado sin la sorpresa final).
Al salir fuimos caminando hasta el Covent Garden y después el Soho, y nos tomamos unas cervezas en un pub. A las diez de la noche nos dirigimos hasta un restaurante tailandés muy bueno en el que había cenado hacía 3 semanas con mi prima (no recuerdo el nombre), en mi anterior visita a Londres, pero nos dijeron que habían cerrado la cocina! Increíble, nos tuvimos que conformar con otro tailandés más cutre que estaba cerca de éste. Caminamos hasta Picadilly Circus y nos metimos en un bar musical muy animado. Antes de medianoche, regresamos en metro. El lunes por la mañana tomé el metro hasta la estación de Victoria, y de allí un tren directo hasta el aeropuerto de Gatwick. Suerte que llegaba con tiempo, puesto que el maldito control de seguridad tardó muchísimo. Se me han acabado los viajes -y las bodas- por una buena temporada...

3 comentarios:

Satellite Girl dijo...

vaya... Felicidades a la pareja, pero lo que me gusta más es la cuarta foto... ¿Tu visita a Bristol era para asistir en una boda, verdad? Aun así, me río con tu foto en el fuente ;) Eres genial.

Hugo dijo...

Sí sí, la boda era la razón principal. Y la foto de la fuente mola... El agua estaba buenísima, por cierto...

Satellite Girl dijo...

Lo sabía... la palabra "fuente" es femenina y he tenido que escribir "la" fuente... Dudaba hasta antes de apretar el botón...

Tómate un par de días hasta que te detecte algún virus por el agua de la fuente esa. Es muy mona la foto, igual que mi foto al lado de la Torre de Pisa ;)