Se veía venir. Una vez descartada la sorpresa friki de Mimi (respiremos tranquilos, Víctor Amela no se marchará del país), que quedó tercera, estaba cantado que Laura no le haría sombra a Naiala. Además, se lo merece, puesto que es la que más veces ha salido nominada y la que siempre se ha librado de las expulsiones. Naiala ha sido una tía cañera y malhablada, pero ha sufrido lo suyo también. Para empezar, se ha enamorado locamente de un cabronazo llamado Dani López, que al principio reconoció que solo estaba con ella por estrategia. Ahora el tipo dice que sí que le gusta, y que quiere esperarla... Ahora que ha ganado el concurso, está clarísimo que seguirá con ella, al menos hasta que se le acabe la pasta...
Una novedad de la final de este año es que habían tres mujeres. Una característica común a las tres es las pocas luces de cada una de ellas... Y su poca elegancia también sería otro nexo de unión. Parodiando el título de "El bueno, el feo y el malo", las tres chicas podrían calificarse como "la friki, la chola y la chunga". Unas verdaderas perlas...
Por cierto, al principio de la gala, a Mercedes Milà le han vuelto a crecer unos enanos llamados Javi y Dani Rubio, que para variar, la han vuelto a liar, llevándose las críticas del resto de ex-concursantes de ésta y anteriores ediciones. Y un detalle delirante: el camello al que han hecho subir a las tres finalistas, en un paseíllo tan breve como penoso.
Acaba una de las peores y más aburridas ediciones de Gran Hermano (comparable a la segunda, otro soberano coñazo). Y es que veníamos mal acostumbrados, porque la anterior, con Pepe y Dairon, fue de antología... Aunque la primera, con su entrañable "quién me pone la pierna encima..." fue única e irrepetible...
Eso sí, la Milà cada vez me carga más. Sería hora de ir pensando en cargársela... Bien mirado, un retorno del villano Pepe Navarro tampoco estaría nada mal...
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