Ayer se emitió el último capítulo de la tercera temporada de "Nip/Tuck". A diferencia del final abierto de la anterior, éste deja todos los cabos bien atados. Por fin se revela la identidad del "escultor" ("the carver" en la versión inglesa inglés), el implacable asesino en serie que raja las caras de sus víctimas (dejándoles una sonrisa grotesca). Me guardaré y mucho de señalar su identidad, pero solo avisar que en dicho capítulo hay muchas sorpresas... Quizás demasiadas, porque en sus enloquecidos minutos finales el espectáculo es sencillamente demencial.
Pese a todo, esta temporada ha sido inferior a la segunda, y mucho más oscura y deprimente. Como ya ocurría en "A dos metros bajo tierra", los casos profesionales de los doctores McNamara y Troy se van dejando de lado progresivamenrte y se acentúan las tramas personales de sus protagonistas. Veremos qué pasa en la cuarta, y hasta cuando puede aguantar una serie que empezó siendo toda una revelación y que se ha ido acomodando y agotando progresivamente.
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