20 de mayo de 2006

Un código irregular


Hacía mucho que no veía semejantes colas para ver una película (desde mi más tierna infancia). En el Palau Balaña solo quedaban entradas sueltas de la sesión nocturna, a las 20h45... Lo mismo un poco más tarde en el Lauren Universitat (antiguo Pelayo). Finalmente, tras una larga cola, he visto "El código Da Vinci" en el Aribau (no numeradas). Al salir, una cola gigantesca para la sesión golfa!
¿Y la peli? Pues ni fu ni fa, sino todo lo contrario. Primero, admito que me gustó el libro, y mucho (¿algún problema?). Segundo, reconozco que es una novela muy cinematográfica, y por tanto fácil de adaptar a la gran pantalla. Pero por otro lado, también tiene un gran componente de teorías, que hace complicada su traslación en imágenes. Y es justamente allí donde falla el film. Cuando se tiene que resumir el origen del Priorado de Sión, hace aguas estrepitosamente. Aburre incluso (véase la larga charla en el castillo del sir inglés). El inicio, en el museo, tampoco es demasiado acertado (se pierden muchos juegos de enigmas). Pero lo bueno es que esta versión va de menos a más, y la segunda mitad mejora sustancialmente. Quizás da risa el personaje de Silas, el monje albino, aquí en extremo caricaturizado (vaya laceraciones que me lleva...). Pero los personajes de Hanks, Tautou, Reno i McKellen son creíbles.
Creo que el que haya leído el libro la disfrutará mucho más que el que no lo haya hecho (porque la entenderá mejor). Por la tanto nos encontramos ante una adaptación voluntariosa y fidedigna, que pese a eso se convierte en una peli normalita. Sensación agridulce pues. Insisto: el libro tenía mucha más gracia...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver si voy el lunes. He quedado con mi (segunda) jefa. El Coliseum parece un buen sitio. El Icaria queda tan lejos.....!!!!!

Anónimo dijo...

El Coliseum es bonito, pero muy incómodo. Vaya al Aribau, sus viejos huesos se lo agradecerán...
¿Quién es su segunda jefa?

Anónimo dijo...

bueno, tiene el mismo nombre que la primera. pregunte a su padre. no vayamos a desvelar identidades.
aunque sea incómodo, el coliseum me parece fascinante. no en vano ahí se rodó el spot de balañà de la niña que se levanta de la butaca, sube al escenario y nos hace callar. la niña es la nieta de los balañà.

Hugo dijo...

¿Le ha gustado, prof?