Philippe Petit es un funambulista francés muy obstinado. Ya de pequeño se le metió entre ceja y ceja andar entre las dos torres gemelas de Nueva York, cuando éstas todavía se encontraban en proceso de construcción.
El sensacional documental "Man on wire" relata la historia de esta obsesión. Y lo hace de una manera sorprendente: cómo si de un película de atracos a grandes bancos se tratase. Y es que la increíble azaña de Petit, que consiguió su objetivo en verano de 1974, es la historia de un plan complejo y tramado a lo largo de muchos años.
No solo tenían que infiltrarse en ambas torres, con fuertes medidas de seguridad, sino que tenían que lanzar un pesado cable de metal entre ambas (distan de 65 metros) y tensarlo. Casi nada.
Pero la obstinación de Petit (un clon físico de Axl Rose, de joven) y la ayuda inestimable de sus colaboradores (franceses y americanos) hizo que semejante desafío saliese bien. Pero no todo fue como la seda, ni mucho menos...
Esta trepidante cinta de James Marsh cuenta con los testimonios actuales de sus protagonistas, a la vez que recrea los momentos del plan, y ha sido galardonada con el Oscar al mejor documental de esta pasada edición. Muy justo ganador, y de imprescindible visión.
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