22 de abril de 2008

Dos enormes nuevas series ambientadas en Nueva York


Acabo de ver dos de las mejores nuevas series de la pasada temporada, "Damages" y "Dirty Sexy Money". Tienen en común que ambas suceden en Nueva York, pero aparte de su enorme calidad son bastante distintas.
"Damages" (aquí titulada "Daños y perjuicios") es un thriller legal (odio este término, pero es el más indicado para definirla) protagonizado por una sublime Glenn Close en el papel de la abogada más manipuladora y retorcida de la Gran Manzana (aunque sea por defender una buena causa, todo sea dicho). El otro gran protagonista es un envejecido Ted Danson, con el pelo ya completamente gris, en el papel de un millonario sospechoso de fraude, pero del que siempre pende su posible integridad. Entre los dos personajes se interponen chantajes, asesinatos y manipulaciones varias. La semana pasada empezó a emitirse en Canal+, y la primera temporada (ya se está rodando la segunda) consta de 13 deliciosos episodios de 42 minutos cada uno.
Sus constantes flasbacks y flashforwards le dan un toque moderno, muy a lo "Lost", que tampoco tiene desperdicio.
Una recomendación a tener en cuenta.
Por otro lado, "Dirty Sexy Money", la devoré en tan solo dos días (7 capítulos el domingo y 3 ayer lunes). Es básicamente una comedia, pero también tiene toques de drama y una intriga criminal por en medio. La protagonizada Peter Krause, el Nate Fisher de "A dos metros bajo tierra". Como en esa mítica serie, su padre fallece nada más empezar ésta, y Krause acaba aceptando a regañadientes el mismo trabajo que el de su progenitor, es decir abogado de una de las familias más ricas y excéntricas de Nueva York, los Darling. El patriarca es el gran Donald Sutherland, que tiene una prole un tanto peculiar. William Baldwin se postula como congresista a la vez que tiene una amante que es un travesti, su otro hijo es un párroco al que le sale un hijo bastardo, su hija (casada cuatro veces) sigue enamorada del abogado de la familia, y los gemelos más jóvenes son unos malcriados a lo Paris Hilton. El abogado quiere a su vez descubrir quien se esconde tras el supuesto asesinato de su padre, mientras intenta resolver los líos creados por los díscolos miembros de sus empleadores.
Con un ritmo formidable, "Dirty Sexy Money" me ha encandilado desde su primer momento. La lástima es que termina dejando todas las historias tan abiertas que no aguantaré demasiado sin seguir los despropósitos de los Darling. Brillante.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te lo dije... Por una vez me adelanté al inefable Hugo, mi nombre es Hugo/Earl. Je, je.

Aitzi