15 de junio de 2007

La odisea de volver del Sónar

Más de una hora he tardado en regresar a casa esta noche desde el Sónar, situado en La Fira 2 de Montjuïc. En esta ciudad tercermundista que es Barcelona, dos factores me han amargado la existencia. Primero, el servicio especial de autobuses, que va del Sónar hasta el el paseo Colón. He hecho la cola como debía, pero el siguiente autobús, en vez de esperar a que el que ya estaba se llenara y se fuera, se ha parado unos metros antes de la parada, por lo que no he conseguido entrar en ninguno de los dos. Loco de rabia, cuando ha llegado un tercero (bastante después) he corrido como un loco hacia él, y vista la cola (estilo indio, es decir una aglomeración sin orden a la puerta) me he colado por la puerta trasera con la conciencia bien tranquila. Mucha gente ha seguido mi ejemplo hasta que el conductor se ha dado cuenta y ha cerrado la puerta. Al menos he conseguido un asiento, y poder tomar el puto bus.
Pero lo peor estaba por llegar. En la estatua de Colón, donde hay una parada de taxis, había una nueva cola kilométrica llena de guiris. Pues bien, los hijos de puta de taxistas no se paraban donde tocaba (es decir, al principio de la parada), sino que tanteaban a los turistas, ofreciéndoles tarifas abusivas (20 euros por llegar a ¡Plaza Cataluña!). He perdido los nervios y me he encarado con un taxista que había cogido a alguien de fuera de la cola y le he dicho que le había cogido su licencia y que le iba a denunciar. El muy subnormal me ha respondido que no sabía donde empezaba la cola...
Cuando finalmente he conseguido pillar un taxi, me he desahogado con mi conductor, contándole que sus compañeros estaban haciendo su agosto. El hombre, extranjero, me ha dicho que habían multas de hasta 3000 euros para tales casos. Ahora me arrepiento de no haber anotado la matrícula y haber jodido a unos cuantos hijos de la grandísima puta. Del excelente concierto de los Beastie Boys (que no se han limitado a tocar temas instrumentales, como decían que harían) ya hablaré otro día, porque ahora estoy de muy mala leche.
PD Mañana ya veo que me tendré que quedar hasta las cinco de la mañana en el Sónar si no quiero volver a sufrir un númerito parecido. Qué asco de ciudad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja! La teva indignació contra els taxistes crec que ve del final dels sopranos...

Tens tota la raó del món, el transport públic a BCN apesta.
Jo ja fa temps que vaig optar pel millor transport per la ciutat, la moto.

- No tens problemes per aparcar, ni has de pagar per fer-ho.

- No arribes mai tard als llocs.

- Es econòmic de mantenir (a mi em surt més barat al més anar amb moto que usar una 50/30 o una T-MES)

- No has de mantenir contacte amb altres congeneres humans que desconeixen l'us de la dutxa.

- I es divertit de conduir!

Senyor Hugo, passis a la moto, que no el volem veure apallisant taxistes!

Anónimo dijo...

TRUCA ELS MOSSOS

Ruben dijo...

Això a Nova York no passa!!! Com a molt et trobes a en De Niro amb cresta dient ¿Are U talkin' to me??? Però si et dispara o et clava una ganivetada és per netejar els carrers d'escòria i no per aprofitar-se econòmicament dels tecno-guiris.