Ya era hora que Sam Raimi volviera a sus raíces. Tras facturar las tres superproducciones de Spiderman (que me encantan, incluso la última), el artífice de las míticas "Posesión infernal" y "Terroríficamente muertos" se descuelga con una nueva película de terror (y de presupuesto mucho más modesto que las anteriores).
"Arrástrame al infierno" es una estupenda cinta de miedo. Su argumento no puede ser más simple: una ambiciosa chica deniega un préstamo a una decrépita anciana gitana para conseguir un ascenso en el banco donde trabaja, con lo que la vieja pierde su casa, y para vengarse le echa encima una maldición. Un demonio llamado Lamia acojonará literalmente a la infeliz muchacha, y al tercer día aparecerá para llevársela al infierno.
Raimi está bregado en crear atmosferas terroríficas, pero también en momentos muy puntuales sus toques gore tienen gran comicidad. Esto ya pasaba en sus dos primeros films. La lástima es que esta última película no sea mucho más desfasada. Digamos que se queda a mitad camino de la habitual locura de los inicios de Raimi. Pero de todos modos tiene muy buenos y angustiosos momentos. Es por tanto una clarísima recomendación para los amantes del buen cine de terror.
No hay comentarios:
Publicar un comentario