18 de mayo de 2009

The Black Crowes, Mike Farris y Eli "Paperboy" Reed, lo mejor del Azkena

Y por este orden. Tuve la suerte de asistir a la segunda jornada del Azkena Rock Festival de Vitoria, el pasado viernes, acompañado de Mr. Brown Blind Leppard y de JJ. Volamos a Bilbao a primera hora de la mañana (llegué un poco tarde al aeropuerto por culpa del lamentable metro de Barcelona, que se detuvo 10 minutos en Glòries) y junto a X LL. conducimos hasta la preciosa Vitoria (que no conocía). Gracias a los consejos de mi colega Joche (¡que grande eres!) comimos en los mejores restaurantes de pinchos de la ciudad.
Nada más llegar, dejamos las bolsas en el hotel y nos dirigimos a la céntrica plaza de la Virgen Blanca, para escuchar a un Eli "Paperboy" Reed pletórico en solitario (horas más tarde le veríamos con banda). Pero antes nos metimos entre pecho y espalda unos pinchos soberbios en el Sagartoki:

Tras el conciertón de Eli, que acabó en camiseta (posteriormente actuaría de riguroso traje) nos dirigimos hacia el recinto del Azkena, vecino al estadio de Mendizorroza. Hacía un sol de justicia, y a nuestro regreso a Barcelona todos teníamos la cara quemada. Nos perdimos Howlin Rain porque tocaron con 15 minutos de antelación, pero disfrutamos del folk-rock desmelenado de los canadiensesElliott Brood, que un servidor y Mr. Brown ya habíamos degustado hacía meses en el Rock Sound barcelonés (en una actuación tan gloriosa como poco concurrida que ya reseñé en este blog). La verdad es que los de Toronto ganan enteros en espacios más reducidos, pero igualmente ofrecieron un muy buen show.
Tras estos, me perdí la actuación de Dr. Dog porque me quedé roque en la hierba haciendo una muy necesitada siesta... Quizás Mr. Brown pueda dar detalles sobre el bolo. Tan solo decir que el sonido del primer y único tema que vi de ellos estaba altísimo y resultaba muy molesto.
Tampoco asistimos al blues rock clásico de The Fabulous Thunderbirds, pues estuvimos mirando el merchandising de las diversas casetas y probando el guitar hero (un servidor a la batería, Mr. Brown al bajo y JJ a la guitarra). Nos costó lo nuestro empezar con la intro de "Pretty vacant", pero una vez superados estos momentos, Mr. Brown demostró una actitud tan marcada como la de Sid Vicious, je je...

A las 19h15 sí que nos postramos ante Eli "Paperboy" Reed y sus True Loves. Y alucinamos de verdad ante su tremendo bolo. Este joven norteamericano de tan solo 24 tacos es un animal de escenario. Su incendiario soul, que bebe de los clásicos, fue como una medicina balsámica para el numeroso público que se apretujaba delante de él. Como un predicador incansable, fue desgranando apasionadamente los temas de su excelente debut, "Roll with you", uno de los discos del año pasado. Realmente increíble.
Sin duda, y junto a los Black Crowes y Mike Farris, fue el gran triunfador del festival.

Tras Eli, pasamos de ver a los punkarras UK Subs (que sustituían a Bad Brains) y aprovechamos para cenar un miserable kebab (lo peor del Azkena: la comida). Tampoco vimos a los veteranos The Zombies.
Pasadas las diez de la noche, nos situamos en el escenario principal para escuchar a Soul Asylum. Hicimos comentarios jocosos sobre su inmenso batería, un negro que debía pesar más de 150 kilos (no es broma), e incluso dudamos si era su antiguo bataca, Sterling Campbell (también de color y que había sido novio de Marta Sánchez, ahí donde lo veis). Pues no, se llamaba Michael Nosequé... A mí Soul Asylum me gustaron, pero en general las opiniones no fueron demasiado favorables. Su power pop se deja escuchar, pero es verdad que tampoco son la repera. Correctos sí. Su líder Dave Pirner me recuerda físicamente a un cruce entre Kevin Bacon y Axl Rose.
Y finalmente lo que todos los presentes esperábamos con ansia. The Black Crowes atacaron con "Sting me" pasada la medianoche. Fue un show de un par de horas con un sorprendente setlist, muy centrado en sus dos primeros elepés. El sonido fue inmejorable, y los nuevos músicos (guitarra, bajista y teclista) superaron todas las expectativas: son unas auténticas fieras. Hubo pues momentos para grandes clásicos, pero también mucho margen para el jam y los pasajes instrumentales, que en ningún momento se hicieron pesados. Su líder Chris Robinson , más hippy que nunca (barbas, melenas, camisa india), estuvo también a la altura, como siempre. Tras el soberbio espectáculo nos volvimos reventados y felices al hotel.

El sábado al mediodía dimos un paseo por el centro, precioso, y disfrutamos como enanos de otro grandísimo artista: Mike Farris y su no menos brillante banda, The Roseland Rhythm. Con un sol y un calor de justicia, su actuación en la plaza de la Virgen Blanca fue una lección de contagioso y luminoso soul. El tercer y rotundo vencedor de este Azkena. I'll be back...


Por cierto, a nuestro regreso coincidimos en el avión con los jugadores del Athletic de Bilbao, que jugaban contra el Español al día siguiente. Es increíble la de banderas de ese equipo que vimos en los pisos de su ciudad. Y también tuve el placer de conocer personalmente a San Freebird, cuyo blog musical recomiendo con fervor rockero.

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