Estafadores (y encima gilipollas)

Increible lo que me ha pasado hoy. He ido a la oficina del INEM para poder cobrar del paro. A parte que la habían cambiado de ubicación (con la consiguiente pérdida de tiempo en dirigirme a la nueva dirección y encontrarla), me he quedado helado con lo que me ha dicho la amable señora que me atendía (cosa que han hecho enseguida, increiblemente no había ni un alma... ¿No estábamos en crisis? No entiendo nada...).
Resulta que mi contrato inicial en la revista Benzina me lo hicieron a tiempo parcial (6 horas). Protesté con otro compañero, y al cabo de unos meses (6, para ser más exactos), nos lo ampliaron a 8 horas diarias. De cobrar más ni locos, evidentemente...
Pero al menos me quedé más tranquilo pensando que cotizaría más a la seguridad social...
Pues bien, se ve que al cabo de tres meses de cambiarme el contrato, vuelvo a figurar como que hago menos horas!!!! Pero esto no es lo mejor. Lo lógico es que las cotizaciones volvieran a disminuir, pues no, al contrario! O sea, no tiene lógica: me "reducen" el número de horas (sin decirme nada claro) pero a la vez cotizan más. De locos! Está claro que es un error lamentable, pero de lo que ya no dudo es de la mala fe de la empresa. Pero es que incluso queriendo estafar a la seguridad social (ya me ha dicho la bendita señora que no me afectará a las prestaciones), lo han hecho del revés. En resumen: ladrones y gilipollas. Estos dos adjetivos van como anillo al dedo a la administración de mi ya ex-empresa.
Por cierto, me han llegado a mis manos dos artículos incendiarios de dos colaboradores de la revista: Sebastià Alzamora y Jordi Graupera. Espero que se publiquen en el próximo (y creo que último) número de Benzina, pero si no es así (o incluso si se publican) los colgaré en este blog. No tienen desperdicio, y suscribo al 100% lo que dicen.