Si Hacienda somos todos, entonces todos somos estafadores. Me explico.
Esta tarde tenía cita para la declaración de la renta. En el borrador que me habían enviado me daba a devolver (muy poco), pero tenía también tres facturas de otras colaboraciones, que al final me han supuesto pagar 18 euros. Hasta aquí todo bien. La señora que me ha atendido (ha ido todo rapidísimo, apenas he esperado un minuto con la cita previa) me ha dicho que no estaba obligado a presentar la declaración, porque mis rendimientos del trabajo no llegaban al límite estipulado (y pese a tener varios pagadores, el importe de las facturas no alcanzaba los 1500 euros). O sea, que me ahorro estos 18 euros. Le agradezco esta información. El problema es que no me dijeran nada el año pasado, cuando me tocaba pagar más de 600 euros (¡y no estaba obligado a hacerlo!). Entonces si que se callaron como putas... No digo que todos los funcionarios hagan lo mismo, pero supongo que deben estar debidamente aleccionados: en el caso de grandes cantidades a pagar, no hace falta recordar el hecho de que la declaración no siempre es obligatoria hasta ciertas cantidades... Y si cuela, cuela...
O sea: ¡al loro con Hacienda!
No hay comentarios:
Publicar un comentario