8 de junio de 2009

"Let The Dominoes Fall" de Rancid, uno de los discos del año


Rancid, uno de mis grupos favoritos, nos ha hecho esperar demasiado. Seis años son muchos, pero finalmente ya tenemos aquí su esperadísimo séptimo álbum de estudio, "Let The Dominoes Fall". Y la buena noticia es que la espera ha valido la pena. Vaya si la ha valido.
Este disco ya forma parte de mi Top 10 del 2009, y estoy seguro que quedará muy arriba... Respecto a su discografía, coincido con la opinión de Richard Royuela en Rockzone, diciendo que es uno de sus tres mejores elepés. Para mí está al nivel de los excelentes "Life Won't Wait" (1998) y de su predecesor "Indestructible" (2003). Y tiene en común con estos dos que es tan variado o más que ellos. De hecho, "Let The Dominoes Fall" es el disco más "suave" que ha hecho Rancid. Y esto no es malo. Además de sus himnos punk marca de la casa, encontramos nuevamente mucho ska, reggae y dub. Pero es que incluso en algunos temas aparecen banjos y acordeones, llegando a flirtear incluso con el country!
Alguno se preguntará si esta mezcla de estilos no es un tanto indigesta. En absoluto, porque lo que prima por encima de todo son las canciones (de nuevo es un álbum largo, hay 19, pero solo dura 45 minutos), todas ellas redondas.
Estamos tan solo ante una nueva faceta de Rancid, un poco más calmada pero igualmente festiva. De hecho, muchos temas me recuerdan al espíritu de experimentación de mis adorados Transplants, el desaparecido grupo paralelo de Tim Armstrong (en este blog ya escribí sobre su magnífico disco de debut).
Otra cosa a tener muy en cuenta es la edición especial en la que se vende: por tan solo 18,95 euros, viene acompañado de otro disco de versiones acústicas (un total de 12), así como de un DVD documental, de tres posters de doble cara y de cuatro púas del grupo! Casi nada...
Pero es que el disco acústico es también una joya absoluta. No se limita a recrear los temas con guitarras, sino que añade matices con banjos, acordeones... Algunas versiones superan incluso a las originales en este formato.
En esta ocasión no pondré a disposición de vosotros el álbum, porque es de esos discos que se han de comprar. Sería un pecado no hacerlo.

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