
Visto como está el patio y que no encuentro trabajo ni a tiros, he decidido empezar una nueva vida de misionero en África. Y más concretamente con los jesuitas, en Liberia. Allí ayudaré a esta orden religiosa a reeducar a los niños soldados. Partiré en breve, a principios del próximo mes, y todavía no tengo claro cuanto durará esta aventura. Volaré a Monrovia, capital del país, y desde allí me desplazaré a un pueblecito, situado 180 kilómetros al norte, dónde se encuentra la misión.
Allá no dispondré de conexión a internet, o sea que imagino que será el fin de este blog (por lo menos momentáneamente). En próximos días seguiré informando de más detalles.
A ver si este año vuelve a picar alguien.
ResponderEliminarPues oye, no es tan mala idea. Igual en Liberia no, pero unas misiones en Brasil pues como que quizá...
ResponderEliminarojalá te fueras de verdad.... santo hugo!!! jajajaja
ResponderEliminarsupongo que es una inocentada, pero te vas a reir, un amigo mío se acaba de ir a Liberia con su novia, que trabaja para una ONG. Pues eso.
ResponderEliminarJajaja...gracias por seguir con la tradición de las inocentadas, que parece que en estos últimos años se ha perdido, al menos, en la prensa escrita...
ResponderEliminarPero piénsal, quizás sería una buena opción! Dime algo y quizás me apunto!
Lo sé Marta, por eso me he inspirado en él
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